En un encuentro que tuvo por objetivo fortalecer la mirada sobre la competitividad agroexportadora de nuestro país, el Secretario de Bioeconomía, Fernando Vilella, presentó ante Embajadores de la Unión Europea un trabajo denominado "Bioeconomía Argentina", Nuevo Paradigma Productivo, que contiene los fundamentos sobre los que se basan las grandes potencialidades y ventajas comparativas que tiene nuestro sistema productivo, agrícola, ganadero y de la pesca, sobre todo a la hora de conseguir la meta de aumentar sustancialmente las exportaciones.
De la presentación se desprende que la visión de la Bioeconomía que ofreció el Gobierno se apoya en el desarrollo territorial, en el desarrollo a partir de agregar valor a la biomasa y cuyo valor principal es el conocimiento, la tecnología y la ciencia. En ese sentido, se destaca que el objetivo del Gobierno es incrementar fuertemente las exportaciones y además, desde el punto de vista de la bioeconomía, hacerlo con trazabilidad y con certificaciones que le agreguen justamente valor a las mismas, y para lograrlo se trabaja en quitar regulaciones, restricciones, en simplificar normativas, en desburocratizar, en la promoción de la bioeconomía bajo el paraguas de la innovación tecnológica.
El Programa de Bioeconomía Argentina presentado tiene algunos lineamientos generales que están basados en las fortalezas de Argentina. Nuestro país es parte de la solución a la cuestión climática global porque produce con menores huellas ambientales, por eso el Gobierno Nacional defiende las ventajas del sistema productivo argentino que se caracteriza por ser de bajo impacto ambiental y de bajo carbono, lo que representa una base sustantiva sobre la cual asentarnos y mejorar el posicionamiento internacional
Cabe señalar que el maíz argentino tiene 60% menos de huella de carbono que los países competidores y cuando eso ocurre, el etanol que produce y le vende a la Unión Europea tiene la menor huella de carbono y a su vez, el pollo de Argentina tiene una huella de carbono que es un tercio del pollo producido en cualquiera de los países europeos o 70% debajo de la huella de un pollo de Brasil.
En el encuentro se hizo referencia también a la necesidad de establecer una estrategia de investigación aplicada para el logro de esos objetivos, en que se trabaja actualmente en una ley de implementación de Buenas Prácticas agropecuarias en general, en que Argentina tiene una producción orgánica creciente y en que se promueven tecnologías que imitan a la naturaleza. Todas estas características van a permitir a las cadenas de valor que conforman este entramado que nuestro país tiene, y que juega un papel esencial en la construcción de un futuro que sea sostenible y próspero para el conjunto de la población argentina, garantizar la seguridad alimentaria, energética, la preservación del ambiente y la promoción del bienestar de las comunidades donde todo esto ocurre.
Los Embajadores en tanto reafirmaron su compromiso en cuanto a cooperación entre ambos países y resaltaron que la UE tiene los mismos intereses en la bioeconomía que Argentina, que hay mucho espacio para la producción y que se debe continuar con el trabajo en esta dirección para ver dónde cooperar y encontrar ventajas para todos.
Estuvieron presentes por Alemania el Consejero Hermann Intemann; por Austria, Andreas Melán; por Bélgica, E. Karl Dhaene; por Bulgaria, Stoyan Mihaylov; por Eslovaquia, Rastislav Hindicky; por Eslovenia, Igor Šef; por España, Luis Tejada , por Finlandia, Nicola Lindertz; por Grecia, el Consul Fotis Filentas; por Hungría, Peter Kveck; por Italia, Alberto Scarano; por el Reino de los Países Bajos, Roelof van Ees; por Suecia, Marcel Salas Lindell; y por la Unión Europea, Amador Sanchez Rico, Viki Lovenberg y Mariela Sosa.
Por la Secretaría de Bioeconomía acompañaron a Vilella los subsecretarios de Alimentos, Bioeconomía y Desarrollo Regional, Pablo Nardone; de Mercados Agroalimentarios e Inserción Internacional, Agustín Tejeda; los directores de Relaciones Internacionales, Santiago Bonifacio, y de Cooperación y Negociaciones Bilaterales, Miguel Donatelli; la gerente de Cooperación Internacional del INTA, María del Milagro Barreto; y por el SENASA, su presidente, Pablo Cortese; y el coordinador general de Relaciones Internacionales, Guillermo Rossi.
