Se llevó a cabo de manera virtual el taller latinoamericano: "Estrategias institucionales diferenciadas para la regulación de bioinsumos".
Convocado por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) , y con la participación de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la jornada de intercambio tuvo la que participaron delegados de las Organizaciones Nacionales de Protección Fitosanitaria (ONPF) de siete países latinoamericanos (Argentina, Brasil, Colombia, El Salvador, Mexico, Paraguay y Venezuela), vinculados al áreas de registro de bioinsumos.
El objetivo de la misma fue "promover la reflexión y abordaje integral de la regulación de bioinsumos desde una perspectiva regional convergente", con la meta de "sancionar un nuevo marco regulatorio para el registro diferenciado de bioinsumos y biopreparados".
El encuentro compartió experiencias regionales vinculadas a marcos normativos en la materia y una visión futura sobre la necesidad de regulaciones adicionales. Asimismo, los participantes reflexionaron acerca de los conceptos y categorías de bioinsumos industriales y artesanales, y los factores determinantes para su clasificación y en la oportunidad que genera el conocimiento compartido para identificar puntos de acuerdo con el fin de facuilitar el desarrollo de regulaciones equivalentes.
"En el marco de las políticas de incentivo a la producción de bioinsumos desarrolladas por la Secretaria de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación y el Ministerio de Economía de la Nación, desde el Senasa lanzamos una consulta pública de dos proyectos de norma para el registro de bioinsumos y de biopreparados que cerramos esta semana donde recibimos una cantidad importante de aportes y que estamos evaluando para terminar de redactar las normas", explicó Diana Guillén, presidenta del Senasa.
"Ambas propuestas establecen los requisitos para registrar estos productos biológicos, en el marco del cuidado del ambiente, la salud humana y animal, y a su vez, garantizan su eficacia", destacó la presidenta del Senasa y aclaró: "Hacemos una distinción entre bioinsumos y biopreparados debido a que estos últimos se encuentran vinculados a la agricultura familiar, cooperativas o micro pymes de productos, mientras que los bioinsumos tienen un desarrollo industrial".
"El sector va a tener un crecimiento muy importante y por eso desde el Senasa pensamos que se le debe dar un tratamiento especial creando registros específicos para estos productos", refirió Guillén.
A su turno, el representante del IICA en Argentina, Fernando Camargo expresó: "Es una gran responsabilidad acompañarlos en su compromiso con la promoción de la sanidad y la calidad de los agroalimentarios, base de la seguridad alimentaria. Debemos tener en cuenta la amplitud del termino ´bioinsumos´, y clasificarlos según los distintos tipos u orígenes; y, en el afán de regular y dar garantías sobre sus diferentes procesos de elaboración, generamos diferentes términos o nomenclaturas. Es muy importante que todos podamos compartir a fin de avanzar por un mismo camino y buscar ciertos consensos".
Desde el IICA se planteó que si bien existen desarrollos normativos vinculados a la regulación de bioinsumos de escala industrial o de mayor complejidad tecnológica, poco se ha abordado en la comercialización de elaborados artesanales, de baja escala o biopreparados, asociados a los enfoques de la agroecología y de Una Salud.