Su bisabuelo fue uno de los primeros cabañeros de la raza Shortorn y, más allá de la tradición familiar, continúan ligados a ésta debido a "sus buenas cualidades, tanto camiseras, habilidad materna, su longevidad y su mansedumbre", opinó el Presidente de la Asociación Argentina de Criadores de Shorthorn, Carlos Dawney, y contó que "estamos muy conformes sobre todo cuando se trata de su adaptación, de ir al monte pampeano o al semiárido y ver cómo se comportan las vacas. Destetan terneros muy buenos para la calidad de forraje que tienen a lo largo del año".
Por otro lado, Dawney aclaró que, más allá de que tiene su corazón en Shorthorn, "también uno mira los números y son los que siempre nos dan la razón para seguir".
"Tiene una carne con un muy buen marmoleo lo que hace que esa grasa intramuscular le da calidad, sabor y terneza", contó Dawney y explicó que "es lo que hoy en día más se busca en cualquier alimento, sobre todo, en la carne".
Dawney explicó que, al ser criadores de varias razas, tienen una base para ver y poder diferenciar los beneficios de la misma. De esta manera, resaltó que "Shorthorn siempre tiene más kilos al destete, sin descuidar mansedumbre que hoy en día es muy importante para el trabajo con la hacienda. Su rusticidad, longevidad y muy buena habilidad materna".
Por otro lado, el presidente de la entidad, sostuvo que "desde la Asociación el objetivo es tratar de demostrar, con distintas exposiciones y encuentros a campo, las ventajas y las bondades de esta raza que casualmente este año festejamos los 200 años de la llegada del primer toro británico a la Argentina".
"Ese famoso toro tarquino que llegó por el 1823, de la mano de un estanciero llamado John Miller, fue la piedra basal de lo que hoy es la ganadería argentina", contó Dawney y detalló que "la ganadería argentina está reconocida a nivel mundial por su calidad y por su competitividad".