Soja

Inocular rinde

La inoculación en soja con bacterias fijadoras de nitrógeno (Bradyrhizobium japónicum), es una práctica difundida que se realiza desde hace muchos años. La simbiosis que se establece entre esta bacteria y la planta de soja es muy beneficiosa, no solo para las bacterias y las plantas, si no también para el productor, dado que es factible esperar un incremento de rendimiento de la soja con un costo muy bajo. No hace tanto tiempo, se han comenzado a utilizar en la agricultura, otros tipos de microorganismos, a los cuales se los ha designado en forma genérica como promotores de crecimiento, o PGPR, por su significado en inglés (Plant growth promotion rhizobacteria).

Dentro de estos promotores hay diversos microorganismos, tales como: Azospirillum spp, Pseudomonas spp, Bacilus spp, Trichoderma spp, etc, los cuales cumplen diferentes funciones benéficas y por lo general logran, cuando se combinan en una misma aplicación, efectos sinérgicos.

La Agencia de extensión rural INTA 9 de Julio, en las últimas tres décadas, ha venido trabajando en ensayos de campo con alguno de estos promotores, como por ejemplo el Azospirillum brasilensis, encontrando resultados muy satisfactorios en diferentes cultivos, tales como: trigo, cebada, maíz, girasol, sorgo, etc. Más recientemente se comenzaron a utilizar los promotores de crecimiento en forma conjunta con el Bradhyrizobium japónicum en el cultivo de soja, a esta técnica se la ha denominado coinoculación.

El INTA 9 de Julio realizó una experiencia en donde se probaron 3 dosis de Bradhyrizobium y la complementación de este con un promotor de crecimiento, compuesto por 2 bacterias: Azospirillum brasilensis y Pseudomonas fluorescens.

El ensayo se realizó en un suelo típico de la zona, franco arenoso, con varios años de cultivo de soja, ubicado en las cercanías de la localidad de French, partido de 9 de Julio. La experiencia contó con un diseño en bloques al azar con 4 repeticiones, cada unidad experimental dispuso de 5 surcos por 7 metros de largo. Los tratamientos ensayados fueron los siguientes:

1. Testigo sin inocular

2. Bradyrhizobium (1 Dosis)

3. Bradyrhizobium (2 Dosis)

4. Bradyrhizobium + Azospirillum + Pseudomona (1 Dosis)

La inoculación en todos los casos fue realizada a la semilla, previo a la siembra de la misma. Todos los tratamientos, incluidos el testigo, fueron fertilizados con 60 kg/ha de superfosfato triple de calcio. La siembra se realizó el día 24 de noviembre a 0,35 m entre hileras, utilizándose 17 semillas por metro lineal. La variedad empleada fue DM 4712.

Durante diciembre y los primeros días de enero se registraron escasas precipitaciones (ver cuadro de precipitaciones), A partir del 10 de enero en adelante, las lluvias llegaron, y de esta manera también las enfermedades (mancha marrón y tizón de la hoja) e insectos (chinche verde). Esto llevó a que durante el mes de febrero (22/02/12), se realizará un control de las mismas, empleándose 300 cc/ha de Amistar extra + 500 cc/ha de Aceite + 600 cc/ha de Clorpirifós.

La cosecha del ensayo fue realizada en forma manual, recolectándose 1m2 para cada tratamiento. El material fue inmediatamente trillado en una cosechadora estacionaria. El producto obtenido fue pesado, tomada su humedad y expresado el rendimiento en kg/ha a 13,5 % de humedad.

Cuadro 1: Rendimiento (kg/ha) y diferencias sobre el testigo

Medias seguidas de letras distintas difieren por el test DMS p < 0,05

Del cuadro anterior se observa que los mejores tratamientos fueron la aplicación del Bradyrhizobium a 2 dosis y del Bradyrhizobium más Azospirillum y Pseudomonas , a una dosis.

La aplicación de una mayor cantidad de Bradhyrizobium, es una práctica que la AER INTA 9 de Julio viene recomendando desde hace algunos años. Es muy factible, cuando esta práctica se realiza, obtener una mayor producción de soja. Posiblemente al tener una mayor cantidad de microorganismos, hay una mayor posibilidad, que puedan colonizar los puntos de crecimiento de la raíz antes que los microorganismos que se encuentran en el suelo. Es factible en consecuencia, al ser las bacterias aportadas por el inoculante más efectivas que las naturalizadas, lograr aumentos de rendimiento. En esta experiencia este incremento fue de 9 % respecto a una sola dosis de Bradyrizobium y de 14,8 %, respecto al testigo sin inocular.

Por otro lado, la aplicación de una dosis de Bradhyrizobium, acompañada por los promotores de crecimiento, alcanzó el valor de rendimiento máximo, esto es posible, quizás porque los promotores, principalmente el Azospirillum, puede provocar un mayor desarrollo radicular, principalmente en los primero estadios del desenvolvimiento del cultivo, lo que permitiría que las bacterias específicas de la fijación biológica del nitrógeno (Bradyrhizobim japonicum), encuentre una mayor cantidad de puntos de crecimiento radiculares, de esta manera podrían logra una mayor infección de la raíz de la soja. Reafirmando estos conceptos, se encuentra una gran cantidad de trabajos que caracterizan al Azospirillum como una bacteria que puede fijar nitrógeno en forma no simbiótica, nitrógeno que podría ser también utilizado por la soja.

Pseudomonas fluorescens, es una bacteria, que además de ser promotora de crecimiento, tiene la particularidad de solubilizar algunas fracciones de fósforo habitualmente no disponibles para las plantas. Esta solubilización, la puede hacer tanto del fósforo presente en el suelo, como también del fósforo contenido en el fertilizante aplicado.

Económicamente todos los tratamientos fueron superiores al testigo sin inocular, obteniéndose producciones que cubrieron los costos del producto y la aplicación del mismo y además, dejó un muy buen rédito económico. En resumen la correcta inoculación la soja en campos con historia sojera, es una práctica agronómica necesaria en este cultivo.

A la luz de los estudios recientes, sería muy oportuno incorporar otras bacterias a la hora de inocular. La complementación que realizan las mismas en su trabajo, queda reflejado en el rendimiento obtenido.

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