El norte de Córdoba está viviendo el inicio de una nueva revolución productiva, similar a la que generó la introducción de la siembra directa. Una revolución que destila valor agregado.
La comparación pertenece a Andrés Aguilar Benítez, y fue compartida durante una charla con Agrovoz junto con José Porta, Víctor Giordana y Santiago Aguilar Benítez.
Los cuatro están vinculados a la transformación del maíz en las zonas de Córdoba más alejadas del puerto, con la puesta en marcha de un modelo vanguardista.
La estructura del nuevo paradigma se cimenta en las Minidest. Esa es la denominación que la empresa Porta Hnos. les ha dado a sus destilerías modulares, automáticas y de operación remota, diseñadas para la conversión del maíz en energía y alimento para la ganadería de alta calidad nutricional.
Con una capacidad para procesar 14 mil toneladas de maíz por año, las destilerías a campo producen 14 mil toneladas de burlanda y cinco millones de litros de alcohol industrial. Su diseño y desarrollo es ciento por ciento cordobés.
Con más de 130 años de experiencia en los procesos de destilación y fermentación, Porta Hnos. comenzó hace más de dos años a analizar la factibilidad industrial de reducir la incidencia de los costos logísticos en la producción de etanol.
"Así llegamos al diseño de estas plantas modulares, que son automáticas, de control remoto, por lo que requieren que en el campo haya buena señal de internet para su seguimiento a distancia y un operario para supervisarla in situ ", destacó José Porta, presidente de la empresa.
Para predicar con el ejemplo, sus creadores fueron los primeros en instalar una Minidest. Lo hicieron en un feedlot próximo a Despeñaderos (departamento Santa María). Pero el modelo ya tiene otros precursores en la provincia. Todos pioneros.
En el establecimiento Las Chilcas, ubicado en Rayo Cortado, la planta funciona desde hace seis meses, y en El Taco, cercano a Las Peñas, la producción comenzará este mes.
La relación entre Las Chilcas y Porta comenzó a forjarse en 2014, cuando el establecimiento ganadero ubicado en el departamento Río Seco comenzó a comprar burlanda para su modelo intensivo de producción de carne.
"Antes de traer la burlanda, que es 70 por ciento agua, desde una distancia de 180 kilómetros, no era negocio", explica Andrés Aguilar Benítez, integrante de la familia propietaria de Las Chilcas. Y apela a una comparación para reforzar el argumento: "Cuando hacíamos los números por tonelada de proteína digestible, nos convenía traer semilla de algodón de Santiago del Estero o pellet de girasol", recuerda.
A finales de 2014, con la baja del precio del maíz, la burlanda acomodó su valor en relación con otras proteínas digestibles.
"Ahí comenzamos a ver sus bondades", reconoce Andrés. Desde ese momento, el subproducto de la destilación del maíz integra la dieta del feedlot, que en la actualidad tiene una población de más de 11 mil cabezas.
"Cuando el maíz volvió a subir de precio, nosotros ya estábamos con el proyecto de la Minidest y decidimos seguir trayéndola desde Córdoba. Hoy ya la producimos en el mismo campo", compara el productor.
En Las Chilcas, la burlanda ocupa el 20 por ciento de la materia seca que consumen los novillos en el engorde. Con la instalación de la planta de destilería, el establecimiento se autoabastece de esa proteína.
Experiencia única
Cada día, en la planta de destilación se procesan 40 toneladas de maíz de las que se obtienen 15 mil litros de alcohol y 40 mil kilos de alimento, que se dividen en 32 mil kilos de burlanda húmeda y alrededor de ocho mil kilos de vinaza (con el cinco por ciento de materia seca).
De sabor dulce y consistencia viscosa, la vinaza no sólo permite que el animal se nutra, sino que también se hidrate. "La vinaza es la clave del éxito del proyecto", afirma de manera contundente Andrés Aguilar Benítez.
A la planta ingresan por día 110 mil litros de agua y se obtienen 100 mil litros de vinaza que, a diferencia de las grandes etanoleras que lo deben evaporar, en Las Chilcas la ingieren los novillos.
En los corrales del establecimiento, la vinaza llega a los bebederos por una línea separada al agua y el animal la toma por elección.
La experiencia productiva que los Aguilar Benítez están haciendo con la vinaza en su feedlot es única en el mundo. "Hay muchos ensayos en Estados Unidos, pero en etapa de laboratorio. De producción masiva, ésta es la primera y en el norte de Córdoba", precisa Andrés.
En seis meses, los números de la vinaza en la dieta de engorde ya son alentadores. "Los animales mejoran las conversión en ocho por ciento. Equivale a hacer ocho por ciento más barato el costo de producción", grafica Santiago Aguilar Benítez. Del consumo total de agua que requieren los animales, la vinaza representa entre 25 y 30 por ciento.
La regulación de la centrifugadora que tiene la planta es la encargada de dosificar la humedad a la burlanda. "Buscamos que salga lo más humedad posible, porque permite incorporar a la dieta productos de baja calidad, como la cáscara de maní, que tiene mucha lignina", acota Andrés.
Su incorporación también incide en la forma de picar el maíz para silo, que ocupa un volumen de cuatro mil toneladas por año.
Si bien en Las Chilcas la costumbre era confeccionar la reserva con 33 por ciento de materia seca, en esta campaña se hizo con 38 por ciento. "Da la posibilidad que el grano se seque un poco más y genere más megacalorías por hectárea. Y la humedad se la damos con la burlanda", explica el productor.
La "aspiradora" de maíz en la que se convirtió el establecimiento ha obligado a sus propietarios a tener que producir el cereal en campos de terceros. "Esto lleva a dinamizar la producción de gramíneas, con efecto sustentable en estas zonas semimarginales", observa Santiago Aguilar Benítez.
El Taco
A 80 kilómetros de Las Chilcas, Víctor Giordana está montando otra "industria" en el norte cordobés. Su planta modular provista por Porta Hnos. ya está lista y comenzará a funcionar este mes en su establecimiento ubicado en Las Peñas.
"Cuando José (Porta) me comentó el proyecto no dudé, me decidí y supe que en 180 días iba a tener la planta funcionando", asegura Giordana, a quien su sueño por darle valor agregado al maíz a través de la producción de etanol se le hizo realidad.
La planta funcionará en las instalaciones de El Taco, donde abastecerá de burlanda y vinaza a un engorde intensivo.
"Hago agricultura en el sudeste y norte de Córdoba y en Santiago del Estero. El 50 por ciento del área en el norte de Córdoba y de Santiago es maíz, y desde hace mucho tiempo tengo la preocupación por el costo del flete y de la logística", detalla Giordana.
Y agrega: "De un camión de maíz, al productor le quedan tres mil dólares". Ahora, con su flamante unidad de destilación, Giordana va a cumplir con su objetivo de darle valor agregado en origen al maíz y de obtener burlanda para la producción de carne.
