Agricultura

Cultivos de servicio ecosistémicos, una oportunidad productiva y ambiental para el NOA

A partir de sus aportes, como la incorporación de materia orgánica, el control de malezas y la descompactación del suelo entre otros, los cultivos de servicios ecosistémicos permiten producir en un marco de sustentabilidad ambiental.

Los cultivos de servicio ecosistémicos son una variedad de cultivos que, debido a sus características productivas y funcionales, permiten hacer un manejo sustentable de diversos sistemas agroproductivos. Se caracterizan por restaurar, como así también mantener, servicios ecosistémicos de regulación y/o soporte de la multiplicidad de factores y elementos que forman parte del sistema productivo de una determinada región. Entre sus principales atributos se pueden mencionar: la prevención de la erosión hídrica y eólica; la regulación de los ciclos de nutrientes, de carbono y del agua; la regulación de la emisión de gases efecto invernadero o el control de ciertas plagas, malezas y enfermedades.

Una característica destacable de este tipo de cultivos radica en la captación de energía lumínica en períodos donde la misma no es tradicionalmente aprovechada. "Esta energía, que es transformada en biomasa no cosechable, queda en el sistema aportando nutrientes y carbono", destacó Martín Acreche, investigador del INTA Salta y coordinador de un proyecto nacional de INTA sobre Restauración y mantenimiento de la provisión de servicios ecosistémicos del norte argentino. El profesional destacó que los sistemas productivos característicos del norte dependen mucho del agua, ya sean vía precipitaciones o almacenada en el suelo, y, en este sentido, los cultivos de servicios pueden aportar estabilidad a esos sistemas de la región mediante un mejor balance hídrico". Vale aclarar que, debido a las características del suelo y climáticas de esta zona del país, como las altas temperaturas y eventos de precipitaciones extremos, estos sistemas productivos son susceptibles a la pérdida de carbono y a la erosión.

A su vez, si añadimos que los cultivos de renta característicos del norte son estivales, queda un gran período de tiempo de barbecho con el suelo descubierto, susceptible a procesos erosivos, en donde los cultivos de servicio podrían implementarse y así lograr una mayor sustentabilidad de los sistemas.

Los aportes productivos y ambientales que cada cultivo de servicio puede dar, está directamente relacionado a su funcionalidad. Es decir, "si queremos aportar nitrógeno al sistema buscaríamos una leguminosa que nos aporte ese elemento; si queremos descompactar un suelo muy duro, trabajaríamos con aquellos cultivos crucíferos como los rabanitos; si pretendemos generar una rápida biomasa como cobertura que, a su vez, nos dé un gran aporte de carbono al suelo, buscaríamos gramíneas" destacó Acreche.

En el noroeste argentino, el cultivo de servicio está empezando a implantarse cada vez más. No obstante, "existe una preocupación, de parte de los actores del sistema productivo, sobre la competencia por agua y nutrientes que se establece con los cultivos de renta, algo que se ha demostrado en el sistema pampeano que no sucede si se hace un buen manejo. Si bien en determinados cultivos se da cierta competencia, el objetivo nuestro es generar información local que nos permitan avalar qué cultivos de renta y servicios, y en qué ambientes, pueden complementarse" afirma el investigador.