Según estimaciones privadas la cosecha 2020/21 podría alcanzar un valor en torno a los u$s 38.000 millones, unos 5000 millones más que en la presente campaña.
Aun en un año Niña, un fenómeno climático que suele derivar en intensas sequías, la producción de granos y oleaginosas será clave para la economía argentina. " Hubo una gran reacción de los precios internacionales de nuestros commodities, en soja y maíz es de los más altos de los últimos años", señaló Juan Manuel Garzón, economista jefe del letal de la Fundación Mediterránea.
En su opinión, hay " razones de mercado" que explican esos buenos precios, que en el caso de la soja rondan los u$s 400 la tonelada.
Según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por su sigla en inglés) la producción conjunta de soja de Argentina y Brasil tendrá un incremento del 7% la próxima campaña, acercándose a las 185 millones de toneladas. Además, el organismo prevé una caída en las existencias de soja (13%) y maíz (6%) a nivel mundial, " lo que es un fundamento alcista" a nivel de precios, indicó Garzón. Y además, por el lado de la demanda, el USDA prevé una recuperación del consumo de China, en torno al 7%. Música para los oídos de los productores y exportadores.
De cara a la próxima cosecha, Garzón planteó tres escenarios posibles, considerando una eventual sequía, previsible ante un año Niña, los rindes y los precios. También cuenta la incertidumbre macroeconómica y el " riesgo latente de mayor intervención en mercados de exportación por antecedentes de la coalición gobernante", indicó el analista.
En un escenario base, con los rindes tendenciales -sin muchos cambios respecto de hoy- el precio de la soja se mantendría en torno a u$s 400 la tonelada y la nueva cosecha " tendría un valor de producción de u$s 38.014 millones".
El escenario pesimista muestra una soja en u$s 350 la tonelada e impacto en los rindes, con caída de u$s 5000 millones en la cosecha. Mientras tanto, el Ieral señala que en los primeros nueve meses de 2020 las exportaciones de cereales, oleaginosas y derivados representaron el 51% de todas las divisas generadas.