Es duro ver como luego de una gran sequía como la que paso el sector Agroindustrial en la mayoría de las zonas productoras, le siguió un exceso de precipitaciones, que en algunos lugares se transformó en inundación. Además de las pérdidas en rindes, ahora no se puede cosechar a tiempo, y se le suman las mermas en la calidad de lo obtenido.
De lo estimado inicialmente hace varios meses se obtendrán casi 12 millones de toneladas menos de soja, 10 millones menos de maíz, con las consecuencias que esto trae al sector y al país. En estos días comenzó la siembra de una nueva campaña de fina y vemos que cada vez -algo reiterado en estos últimos cinco años, principalmente por trabas en la comercialización-se hace menos trigo, siendo la provincia de Buenos Aires, la más afectada, porque tiene las dos zonas más productoras del país que son el SE y SO -esta última ¿trigo dependiente?-.
En distintos estudios profesionales se marcan importantes disminuciones en las áreas a sembrar. En la campaña anterior, es decir la 11/12 se sembraron 4,6 millones de hectáreas de trigo, este año ni siquiera tal vez se llega a las 3,7 millones. Se habla de disminuciones de entre el 30 al 47% dependiendo de las zonas. Asimismo, aumentará el área sembrada con cebada -siempre este aumento es porque se reemplaza al trigo- en forma importante, pero no tanto como se estimaba hace dos meses -el precio de la cebada está muy variable- como así también la de colza, y de otras leguminosas como arveja y garbanzo...
Si queremos agregarle preocupación al panorama, podemos decir que hay un 40% de capacidad ociosa en las plantas de fertilizantes, donde el 45% es de producción local, y la empresa que más produce es Profertil (Agrium + YPF). Argentina consume aproximadamente 3,7 millones de toneladas. La venta de maquinaria agrícola cayó un 25%, principalmente por los efectos de la sequía, la incertidumbre cambiaria y de precios y la falta de financiación accesible para los productores.
Pero lo más preocupante y donde creo se deberían focalizar todos los reclamos, es este simple ejemplo: un productor vende su producción con un u$s 2,8 - producto de las retenciones, descuentos, etc - y compra insumos para sus nuevas siembras con un u$s 5,5 promedio... ¿Hay alguna autoridad que esté pensando en fijar políticas públicas para el sector pensando o mirando este problema que data ya de tiempo?
Este es el verdadero problema por el cual el productor cada día tiene menos rentabilidad. El desfasaje entre estos dólares está destruyendo cualquier actividad dentro del sector, y algunas son más perjudicadas que otras.
Hay de dejar de tener paradigmas como que al campo le va bien o el que tiene hectáreas está salvado o el dueño de campo tiene otra realidad. No nos equivoquemos al juzgar alegremente. El único sector que siempre reinvirtió sus utilidades o ganancias en el mismo sector es el agroindustrial. Y por eso es el motor de las economías provinciales y, por ende, del país.
Cuando vemos que en estos días se formó la mayor área de integración económica de América Latina (Alianza del Pacífico) entre México, Colombia, Perú y Chile, para poder permitir y liberar -crecer- el tránsito de personas, bienes e inversiones, con un potencial de consumidores de 215 millones de personas, que solamente hoy exportan entre todos los países u$s 500.000 millones anuales; yo siento que algo importante nos estamos perdiendo de manera absurda.
Yo no veo acciones comerciales, ni misiones que quieran vender más a estos países, simplemente porque nosotros mismos trabamos la comercialización de nuestros productos sin demasiado sentido lógico. ¿Tenemos que pensar en venderle bienes, productos, servicios, a países que nos intercambiarán gas y petróleo?
Hay tantas oportunidades que están tomando otros países cercanos que me produce cada vez más impotencia... ¿Por qué los argentinos no podemos nunca poder pensar ni siquiera a mediano plazo?. En el caso del trigo; cada vez que disminuimos la cantidad de hectáreas y se complica el sistema de agricultura sostenible, por la falta de aporte de materia orgánica y estructura del suelo. La planificación y rotación adecuada de cultivos que debería ser una política pública de Estado, como es en varios países, no se cumple ni se cumplirá, y sin querer/queriendo (como decía el Chavo del 8) conducimos a los productores a una agricultura con eje en la soja, ese yuyito que hasta hace unos tres años era insultado por muchas autoridades y hoy es amado por lo que aporta (u$s). ¿Quién está promoviendo desde el estado la idea de la agricultura certificada, que es hacia dónde va la agricultura en el mundo? Aquí lo hacen asociaciones serias, con mucho empuje pero no pueden solas... Hoy vuelven las protestas y son válidas, pero al final, no conducen al diálogo, porque alguna de las partes no entiende ni quiere entender los problemas de fondo.
La Argentina necesita cada vez más diálogo de verdad. Políticos, profesionales, técnicos, economistas, empresarios deben todos sentarse a discutir en serio las políticas públicas que aporten las soluciones que en forma muy sencilla y simplista resumí en esta nota. Ya existe en PEA -Plan Estratégico Agroalimentario -, pero falta mucho para llevarlo a cabo. Para que el diálogo exista se necesitan por lo menos dos partes. Hay una que está fallando... Les pido que miren el panorama, vean lo que están haciendo nuestros países hermanos, diagnostiquen las necesidades que tiene el mundo de nuestras producciones y productos, y pensemos si queremos estar el mundo real. Argentina no puede ni debe estar aislada al mundo. Si no actuamos rápido, seguiremos transitando en un contexto que lo único que logra es que perdamos todos.
Leonardo J. Sarquís
