Walter Riso es un psiquiatra nacido en Nápoles hace 62 años, criado en la Argentina hasta los 28 y ciudadano del mundo el resto del recorrido. Hasta que hoy recaló en Barcelona. Polémico, provocador, audaz, irónico, muchos podrán pensar que es un ácido desmitificador del amor y el romanticismo. Frases como: "Nada es para siempre", "El apego corrompe" o "No sos imprescindible. Puedo vivir sin ti" merodean la charla, no exenta de mucho humor. Sin embargo, su último libro Desapegarse sin anestesia (Editorial Planeta) es un catálogo de hechos cotidianos, reales, dolorosos, donde desapegarse sería la solución. Su propuesta es durísima: no sólo desapegarnos de las personas y cosas que nos hacen daño, sino hacerlo… sin anestesia. ¿Se necesita una supermujer o un superhombre para lograrlo? Veamos cuáles son sus reflexiones para seguir este camino.
"No te merece quien te lastima. No te ama quien te hace sufrir"
"Desilusionarte del amor es desilusionarte de la vida. Afrontá la siguiente relación con valentía. Si no tenés claro qué falló en el pasado, seguirás dando tumbos. Pero no te regales, no dejes que la soledad decida por vos. Afiná la puntería, esa es la clave".
"El apego corrompe porque llegará un momento –pasada le euforia y el placer inicial, que no te deja ver con claridad– que la pérdida de la libertad te amargará la vida. El apego hace que violes tus propios principios y tu autorrespeto. Te prostituís para estar con esa persona, porque empezás a negociar cosas que no son negociables."
"No tenés por qué resignarte a la apatía del desamor, a la dictadura de una sexualidad que se agota en sí misma. Es preferible la soledad digna y sin conflicto, que una relación incompleta".
"Algunos piensan que, en su justa medida, los celos ayudan a mantener la relación. No estoy de acuerdo. Si tengo que asustar a mi pareja para que reaccione, es que algo anda mal. Hay maneras más racionales y civilizadas de recordarle al otro que uno sigue ahí".
"El enamoramiento, debido a su marcada irracionalidad, puede dejar secuelas de todo tipo. Una de las más comunes es el miedo a sufrir. El coste del amor pasional es tan grande en ocasiones, que no justifica el placer experimentado".
"Hay que desarrollar la capacidad de reconocer y prescindir de aquello que obstaculiza tu mejoramiento personal. Que te impide ser vos mismo. Que te hace cada día más débil.".
