Argentina se encamina a una cosecha de trigo récord, con estimaciones privadas que ubican la producción total por encima de los 24 millones de toneladas. Mientras que los rindes se muestran muy por encima de lo que muchos productores esperaban al inicio de la campaña, lo que confirma el buen desempeño del cultivo a nivel nacional.
En este contexto, la Sociedad Rural Argentina (SRA) difundió una serie de reflexiones y advertencias sobre el escenario que enfrenta el productor al momento de comercializar el cereal. Si bien desde el 27 de enero el Gobierno nacional inició un esquema de reducción de retenciones que luego se transformó en una baja permanente, la entidad insiste en que la discusión de fondo sigue pendiente.
Desde la SRA vuelven a reclamar la eliminación total de los derechos de exportación, al considerar que se trata de un impuesto distorsivo, que desalienta la inversión, reduce la competitividad y frena el crecimiento productivo. Para la entidad, un trigo que logra un volumen récord no se traduce automáticamente en una mejora del negocio si la carga fiscal sigue restando margen al productor.
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La cosecha ya finalizó en el norte del país y avanza con fuerza en el centro del área agrícola, lo que exige caminos rurales transitables, rutas nacionales y provinciales en buen estado y accesos ágiles a los puertos. Sin embargo, en los últimos días se observaron imágenes de embotellamientos de camiones en los ingresos a los puertos de Rosario, un síntoma de la falta de planificación logística e infraestructura adecuada.
La SRA remarca que los productores enfrentan desde hace tiempo problemas estructurales que requieren soluciones urgentes tales como infraestructura insuficiente, costos logísticos elevados, una carga fiscal excesiva y trámites que demoran o frenan inversiones. Aun en un año de buenos rindes, estos factores terminan erosionando la rentabilidad y dificultan la toma de decisiones a largo plazo.
En un mercado sin restricciones comerciales ni intervenciones oficiales, la entidad señala que los productores deben apoyarse en análisis de calidad de la cosecha para definir el mejor momento de venta. No obstante, en las últimas semanas llegaron a la SRA numerosas consultas de productores que, al comercializar el trigo, se encontraron con descuentos en el precio por problemas de calidad del grano.
Esta situación se agrava en un contexto de precios internacionales en baja y con un mercado global menos firme, cada punto de calidad y cada dólar de descuento pesan más en el resultado final. Por eso, la SRA insiste en que los productores necesitan diseñar una estrategia comercial que les permita capturar el mayor rédito posible, combinando decisiones de almacenamiento, venta y cobertura frente a la volatilidad de precios.
En su mensaje, la Sociedad Rural vuelve a plantear la necesidad de construir una agenda que devuelva competitividad al campo argentino. Y reclama un país donde producir sea posible, donde las reglas no cambien todos los años y donde el sector pueda desplegar su potencial sin enfrentar permanentes cambios de escenario. Para la entidad, coordinar agendas, fortalecer instituciones y ordenar la macroeconomía son condiciones clave para que el campo y otros sectores se conviertan en motores simultáneos de un crecimiento sostenido.
Mientras el país se ubica frente a una producción récord que confirma la capacidad productiva de sus suelos, la buena noticia convive con viejos problemas que reaparecen en cada cosecha. El llamado de atención de la SRA pone sobre la mesa que sin cambios profundos en materia fiscal, logística e institucional, el salto productivo corre el riesgo de no traducirse en desarrollo, inversión y más valor agregado para las economías del interior.
