En un escenario de expansión de la oferta láctea a nivel mundial, el último informe del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) señala que durante 2025 la producción global de leche volvió a crecer por encima del consumo, generando un excedente que impacta de manera directa en el equilibrio del mercado internacional. Esta dinámica, impulsada principalmente por los grandes países productores, se produce en un contexto de demanda con crecimiento limitado y explica la presión bajista que enfrentan los precios internacionales de los lácteos.
El estudio del OCLA, basado en el seguimiento de los principales países que concentran más del 55% de la producción mundial de leche de vaca, advierte que entre enero y octubre de 2025 la producción global se incrementó un 1,53% interanual. Este avance equivale a más de 12.300 millones de litros adicionales incorporados al mercado, un volumen suficiente para profundizar la brecha entre oferta y demanda en numerosos países productores.
Entre los protagonistas de este aumento se encuentran Brasil -con un salto productivo de más del 10% según el IBGE- y otros grandes proveedores tradicionales (Unión Europea, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Australia, Argentina y Uruguay), que en conjunto mostraron una producción superior al año previo. La consecuencia inmediata de este crecimiento sostenido es una presión fuerte a la baja sobre los precios internacionales de las commodities lácteas, con un descenso de hasta 20% en las cotizaciones de productos clave en el mercado mundial.
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Esta oferta dominante se produce en un momento en que la demanda global, si bien mantiene ciertas señales de recuperación -como una mejora en las importaciones desde China- no logra absorber el volumen extra de leche generado. En este sentido, el OCLA advierte que el comercio internacional de lácteos corresponde apenas al 11-12% de la producción mundial, por lo que cualquier variación en el volumen global tiene un impacto directo y significativo en los precios internacionales.
Además, distintas proyecciones de mercado anticipan que, si bien la producción de los principales países lecheros seguirá aumentando en 2026, la tasa de crecimiento se desacelerará drásticamente, reflejando presión sobre los márgenes de los tambos y una potencial reconfiguración de la oferta a nivel global. En este contexto, la expansión de la producción, impulsada en parte por países como Brasil y acompañada por aportes sólidos desde Argentina, derivó en una sobreoferta que presiona con fuerza sobre los precios internacionales y reconfigura el equilibrio del mercado global.
Para los productores argentinos, este escenario plantea no solo el desafío de capitalizar el crecimiento productivo sin resignar rentabilidad. Sino también, avanzar en estrategias de acceso a mercados y de mayor valor agregado que ayuden a amortiguar la volatilidad de precios. En un contexto de márgenes cada vez más ajustados, la competitividad y la diversificación aparecen como claves para atravesar un mercado mundial con abundancia de leche, pero crecientes riesgos comerciales.
