En el lote más próximo al pórtico de ingreso al establecimiento La Estrella, el maíz ya tiene su lugar. Sembrado el 13 de septiembre, el híbrido implantado será destinado en su totalidad a la confección de silo para la producción de carne. Es más, ese volumen de materia seca podría integrar la dieta de alta energía que una parte de los novillos del establecimiento consumirán en los próximos meses, cuando la nueva cuota europea –la 481– ya esté operativa para la carne argentina producida en feedlot .
“La nueva cuota asignada por Europa es una buena oportunidad para meterle más kilos al gordo”, aseguró Daniel Costantino, propietario del establecimiento ubicado a escasos mil metros de la laguna Mar Chiquita, en el departamento San Justo.
Desterrando cualquier antagonismo instalado entre el sistema pastoril de producción de carne vacuna y el modelo intensivo de terminación con granos, el reconocimiento de Europa para la carne de feedlot abre una nueva puerta para el comercio de la carne argentina.
Mientras espera que la Unión Europea oficialice en su Boletín Oficial la entrada en vigencia de la cuota para nuestro país, Constantino ya tiene decidido tomar parte del negocio. “Vamos a destinar parte de la producción a participar de la cuota”, adelantó el productor ganadero y actual intendente de la localidad de Marull.
Sin arancel
Destinada para los animales de entre 440 y 480 kilos listos para la faena, uno de los requisitos del cupo europeo es que los novillos tengan al menos 100 días de terminación a corral. Bajo estas exigencias, Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelandia y Uruguay ya son proveedores de esta cuota que tiene un total asignado de 48.200 toneladas. A diferencia de la cuota Hilton, la 481 no posee arancel, por lo que permite ingresar a la Unión Europea con carne de alto valor con un diferencial del 20 por ciento por encima del precio de los cortes enfriados.
Otras de las diferencias respecto a la Hilton es que no se asigna en porciones a cada una de las naciones participantes. Se trata de una cuota general por la que compiten todos los países habilitados. En el período comercial de 12 meses, entre junio y julio, el volumen total se distribuye en cuatro trimestres de 12.050 toneladas cada uno.
Reglas claras
Hablar de exportaciones en un momento en que su participación dentro de la producción nacional de carne se ha reducido a la mínima expresión (sólo representa el seis por ciento de la carne producida) se asemejaría más a un contrasentido que a una oportunidad. Sin embargo, los productores tratan de abstraerse de la coyuntura y mirar al largo plazo, aunque saben que para ello las reglas comerciales deben ser claras y previsibles. “Si avanzamos en un proceso de mayor producción, con el mercado interno abastecido, tendremos más opciones comerciales. Con aumentar la tasa de destete que permita llevarlas a valores de más de 80 por ciento, la producción de terneros garantizaría más carne”, razonó Costantino.
Producir más kilos por carcaza también contribuirá a hacer más eficiente la producción, no sólo para el ganadero sino también para los frigoríficos.
Mientras esperan que la película ganadera vaya mostrando hacia adelante un guion más ameno para toda la cadena bovina, la escena actual que se filma en los corrales es de alto riesgo. El precio actual de la invernada ha complicado la rentabilidad del encierre intensivo, a tal punto que los feedlots han comenzado a vaciarse y a mostrar dificultades para reponer.
“Cuando la diferencia de precio entre el ternero y el novillo gordo supera 20 por ciento, la ecuación se complica, por más que hoy el precio del maíz y de la soja son más que convenientes para la conversión”, admitió Costantino, quien además es protesorero en la Cámara Argentina de Feedlot.
Recría a pasto
En La Estrella, 600 hectáreas son las encargadas de aportar la cantidad de maíz, soja, sorgo, heno de alfalfa y gramíneas que el feedlot necesita. El sistema agrícola, bien manejado y que aporta más de ocho mil kilos de maíz por hectárea, es clave para abastecer la dieta de la población de bovina del establecimiento, que tiene una capacidad para cuatro mil animales.
En una coyuntura que obliga a afinar el lápiz, el modelo de producción intensiva de carne le dejó un lugar a la recría a pasto. Una superficie de 190 hectáreas con alfalfa en un suelo clase tres es la encargada de darle a los terneros esos kilos a pasto. “Lo hicimos en el año 2000 durante tres años, pero luego decidimos concentrar todo enfeedlot . Pero a partir de 2013 retomamos la recría pastoril. Aunque lleva un poco más de tiempo terminar el novillo entre 330 y 350 kilos, este manejo ayuda a descomprimir los costos”, reconoció Costantino. Este eslabón pastoril dentro de la cadena de producción se podría aplicar sin problemas para los novillos que se destinen a la cuota europea; los cuales sólo tiene como requisito de alimentación tener 100 días encerrado en los corrales con una dieta alta en energía. En la recría a pasto, el novillo gana por día entre 500 y 550 gramos, mientras que en el feedlotsuma 650 gramos. “Es más cara y la diferencia no es notoria”, comparó el productor.
En principio, y hasta que no haya más transparencia en la comercialización, los mejores preparados para participar de la cuota europea serán los frigoríficos que tengan al feedlot integrado a su estructura. Ante cualquier impedimento para exportar, sólo la industria estaría en condiciones de colocar en otros canales comerciales esos animales con más de 400 kilos. En el caso del ganadero, este impedimento le significaría tener que vender a menor precio ese novillo pesado.
Un bien escaso
El precio alcanzado por el ternero en el último mes demuestra que se ha convertido en un bien escaso. “Está complicado conseguir terneros cruzas a un precio razonable. Tampoco se sabe, a ciencia cierta, cuánta oferta disponible habrá hasta el ingreso de la próxima zafra. Por eso está tan complicado reponer a precios rentables para el feedlot”, sostiene Daniel Costantino.
Mientras tanto, en la región tambera, los engordes a corral se van nutriendo de algunos overos negros.