En el negocio ganadero, los principales recursos son la tierra, los animales y el capital. El costo de oportunidad de la tierra es el alquiler, el de las vacas es el precio del mercado y el del capital es el interés. Los tres se miden, respectivamente, con la cantidad de kilos de carne por hectárea, con el precio por cabeza y con el interés.
En los últimos años, el recurso limitante pasó a ser la hacienda cuando en años anteriores fue la tierra. Hoy, a partir de los elevados precios ganaderos, con tasas de interés negativas y alquileres estancados, el mejor resultado se obtiene al sacar el máximo beneficio de cada animal. Esto es: cargar más kilos y más rápido a los animales que se tiene o evitar que quede una vaca vacía. Dado el panorama actual, la mejor forma que tiene un productor de prepararse para otros momentos del ciclo ganadero no es ahorrando, sino invirtiendo.
De cara al futuro creo que quienes sólo hacen cría sumarán la recría, y quienes ya desarrollan esta actividad tratarán de llegar al ciclo completo. Los campos de la Cuenca del Salado se encaminan gradualmente hacia un modelo de campo natural cero, con mayor peso de faena en el producto vendido. También considero que el corral de encierre llegó para quedarse en muchos campos, pero todavía hay que pasar de la baja eficiencia que genera un manejo de tipo artesanal para adoptar un manejo profesional.
Rodrigo Demaría. Asesor del CREA Río Salado, en la región sudeste