Ahora, El Tejar se focalizará en la producción en campos propios, mantendrá algunos alquilados y probablemente mude sus oficinas corporativas a Brasil, país que hoy representa más de la mitad de su superficie total trabajada en el Mercosur.
En función de lo que ocurrió con El Tejar, en el sector consideran que debe avanzarse hacia esquemas donde el riesgo sea más compartido entre el dueño de la tierra y quien alquila.
"Hay que volver a los contratos a largo plazo, de 3 a 5 años, cumpliendo un plan de rotación y mejoramiento de los campos. Además de esto, también debemos volver al sistema de aparcería agrícola, donde el dueño del campo participa del negocio, se involucra más en las decisiones y se interesa por el recurso suelo", opinó Guillermo Villagra, de Openagro.
En esta firma dicen que ya aplican un sistema "sustentable" en materia de alquileres para la producción. "Tenemos un nuevo sistema que llamamos arrendamiento sustentable, con prácticas de mejoramiento basadas en devolver a los suelos su capacidad de producción. Lo que viene es la asociación entre ambas partes [dueño de la tierra e inquilino]", señaló.
En este contexto, para el productor Alberto Marchionni los alquileres deben ubicarse en un nivel "razonable". "La visión que tenemos es que se debe producir una sostenida baja en el costo de los arrendamientos, llevando el valor a niveles compatibles con la producción, que permitan al arrendatario trabajar con el riesgo propio de nuestra actividad y con una expectativa de rentabilidad", indicó el productor.
Calibración
Para Eddy Fay, de OCP, va a haber una "calibración" de los precios de los alquileres. "Esto ha sucedido a lo largo de los últimos 20 años. El agregado es que la demanda de campos en alquiler estará más atomizada y en grupos más pequeños que los fondos de inversión, que ven mejores oportunidades fuera de nuestro país", expresó a LA NACION.