María Victoria Nagel es licenciada en Administración, Magister en Innovación y Emprendimiento, disertó en el Seminario el Poder de los Jóvenes en la Producción Ganadera y la Industria sobre los desafíos y las oportunidades de la creación de empresas tecnológicas.
Para Nagel "hay que ver más allá de la tecnología, hay que entrenar otra mirada para ser disruptivo. Porque la disrupción pasa por impactar y alterar la forma en que se juega dentro de una industria. No por la carga de tecnología que tenga mi propuesta".
Algunos tramos de la charla
"En este caso me interesa ver la innovación como un proceso, a partir de la calidad de los insumos que ponemos en ese proceso, la capacidad de los actores, los recursos naturales que tenemos disponibles, con un montón de otro tipo de recursos, son los inputs del proceso de innovación, vamos a tener mejor o perores resultados".
"La innovación no es lineal se puede dar en cualquier punto de esa cadena. Incluso cualquier actor puede impactar y pueden impactar actores que innovan que no los veíamos venir, porque no vienen del formato tradicional. Por otro lado la idea de que la innovación no es invención"
"Una innovación disruptiva altera en un grado considerable la forma en que se dan las relaciones dentro del sistema donde se está dando la innovación", explica Nagel.
La innovación disruptiva es una que altera de manera considerable la manera en que se venían vinculando los actores, no todos a veces un sector.
"Como segunda propuesta diseñar a partir de analizar la cadena tradicional. No tratar de entrar a la cadena tradicional con algo disruptivo, con la idea que no va a generar nada, que todo el mundo lo va a aceptar, que más empresas lo van copiar e implementar"
"Esto es una invitación y un reto a ser disruptor. Una de las estrategias que más se pensó para negocios disruptivos es la famosa estrategia del océano azul. Nace en contraposición a lo que es un océano rojo. Un océano rojo lo que dicen los autores es donde hay muchos barcos, el agua está teñida de rojo porque estamos todos pescando en el mismo lugar. Los barcos pegados uno al lado del otro, a lo sumo nos robamos los peces del otro barco, que por cómo me ubique logré pescar algo más. Pero la cantidad de peces en ese océano es la misma. Lo que dicen estos autores es dejemos de competir en ese océano rojo tan teñido por la propia competencia que hay de robarnos un poquito el mercado por las empresas que estamos y creemos estos océanos azules. Donde yo en solitario, en una situación monopólica por un tiempo, mientras se me empiecen acercar otros barcos, pueda pescar tranquilo, pueda liderar ese nuevo mercado. Entonces dicen los autores creemos industrias, no compitamos en industrias que ya existen. Sino que podemos crear industrias nuevas".
El segundo paso, haría un listado que son los que el cliente valora y nadie está siendo ofreciendo en la industria, o está poco atendido por los jugadores actuales en la industria.
"Podría ser la digitalización, pueden ser los nuevos hábitos de consumo. Entonces a lo que ya atiende la industria, le agrego los que el cliente valora y no están siendo ofrecidos. Acá el gran desafío es acercarme al cliente, que es quien termina aceptando y adoptando una innovación. En tercer lugar a esos factores voy a ponerles una puntuación, acá es bastante subjetiva la puntuación, pero tengo que mantener la misma escala para todos los factores".
Por último y es donde paso a hacer el diseño de su propuesta, aplicar lo que se conoce como la matriz L. "Tomo cada uno de esos factores, veo como la industria lo está atendiendo. Los elimino, los reduzco, los incremento o creo nuevos factores que nadie está contemplando".
"Para cerrar dejar algunas conclusiones y hacer un repaso de las cuestiones que le comente. La tecnología es muy importante, yo me considero fan de la tecnología y trabajar con emprendedores de base científico tecnológico me hace estar permanentemente ver proyectos de biotecnología, de inteligencia artificial, de Blockchain.
Pero hay que ver más allá de la tecnología, hay que entrenar otra mirada para ser disruptivo. Porque la disrupción pasa por impactar y alterar la forma en que se juega dentro de una industria. No por la carga de tecnología que tenga mi propuesta. Por otro lado prepararse para la resistencia que va a generar mi idea si es disruptiva. De vuelta si no le generas incomodidad a nadie, si nadie se siente incómodo por tu innovación, no es tan disruptiva. Por último un tema de timing, saber cuándo insistir y cuando desistir. Tenemos que saber cuándo es conveniente insistir con una idea y cuando debo aplazarla por un tiempo o capaz tengo que ir a otro mercado, a una ciudad más grande o una ciudad más chica. Saber cuándo y dónde jugar es muy importante. La mejor herramienta para todo esto es empatizar con el cliente, tener escucha activa y saber analizar a los jugadores actuales en cualquier cadena de valor adicional".
