Ayer, los dueños de la Avícola Santa Ana decidieron tomar medidas preventivas para evitar cualquier imprevisto ante la muestra que tomará el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria.
Desde hace 15 días, los 150 empleados de la compañía han estado preocupados debido a que el Senasa ordenó aplicar un rifle sanitario a las 200.000 aves de la granja debido a una sospecha de gripe aviar.
La empresa logró evitar el sacrificio de las aves al obtener una orden judicial que permitió la toma de una muestra para confirmar o descartar la presencia de la enfermedad.
Los resultados arrojaron que las aves están en buen estado y no hay presencia de gripe aviar.
Sin embargo, el Senasa decidió destruir 360.000 huevos y retrasar una nueva muestra, lo que provocó pérdidas significativas para la empresa y la incertidumbre sobre si habrá recortes salariales para los empleados tras dos semanas sin trabajar.
A pesar de todo, el organismo nacional levantará la prohibición de comercializar el jueves por la tarde, lo que es una buena noticia para la empresa y sus trabajadores.
