Las proyecciones muestran quebranto para todos los cultivo y en el rango de rindes expuesto, tanto en campo propio como arrendado. Se trata de un año particularmente difícil para la toma de decisiones de siembra. Más aún cuando se sale de una campaña que fue mala en cuanto a rindes en trigo, cebada, soja y maíz, y con precios bajos en todos los cultivos. Sólo el girasol tuvo rindes aceptables.
En la zona queda mucho trigo en manos de los productores que no es posible vender, porque no hay demanda. Este inconveniente agrava una situación comprometida en lo financiero por los quebrantos de la campaña agrícola.
En el cuadro se muestran los rindes de indiferencia, que son los que se necesitan para cubrir el total de costos directos, cosecha, comercialización y gastos de estructura en el caso de siembras en campo propio, y en el caso de campo arrendado incluye costos directos, cosecha, comercialización, arrendamiento, seguros y administración del cultivo.
En vista de los quebrantos proyectados, se observa que los rindes de indiferencia son altos. En campo propio se requiere para cubrir la totalidad de los costos 55 qq/ha en trigo. Para soja de 1ª el rinde de indiferencia es de 28 qq/ha, para girasol de 28 qq/ha, en tanto que para maíz es de 78 qq/ha. De mantenerse los precios que actualmente marca el mercado a término para los meses de cosecha 2016, las condiciones climáticas deberían ser excepcionales para lograr estos rindes
En campo arrendado, para los precios y costos que se muestran en el cuadro, los costos totales en quintales pueden estimarse en 59 qq/ha para trigo, 31 qq/ha para soja de primera, 31 qq/ha para girasol, y 82 qq/ha para maíz. Se estimaron valores de arriendo del orden de 6,5 qq de soja por hectárea.
Para el rango de rindes expuesto, el cultivo más emblemático de la zona sudeste no es rentable, aún con costo cero en campo arrendado. Es previsible una caída en el área de siembra.
Anta esta perspectiva serán difíciles las negociaciones de arriendo, en vista de que los arrendadores necesitan cubrir costos fijos. De todas formas, los campos de mayor productividad siempre tienen un mercado demandado y se arriendan a valores algo mayores a los expuestos.
Los mercados internacionales muestran una situación de precios bajos a cosecha en vista de los stocks mundiales son holgados. Los precios locales, fuertemente recortados por retenciones, están por el subsuelo. Los precios del trigo y el maíz sufren descuentos adicionales ante la intervención en el mercado de exportaciones, que genera saldos excedentes que no pueden ser absorbidos por el consumo interno. La situación es sumamente difícil para el agro, que no puede dejar de sembrar. Se necesitan cambios rápidos como la liberación del mercado de exportaciones, un paso sumamente necesario para descomprimir el mercado de trigo y aliviar las finanzas de los productores de la zona. Además, deberían eliminarse las retenciones en trigo, maíz y girasol, y bajar las de soja.
