Informe de la Bolsa de Comercio de Córdoba
De acuerdo al INDEC, la inflación de julio fue de 1,9%, disminuyendo la variación interanual de los precios a 42,4%. En gran medida, esta dinámica se explica por la gran cantidad de controles de precios, ya que la inflación de los bienes y servicios con precios regulados fue de tan solo 0,5% mensual; también aportó a la cifra de julio el aumento de solo 0,9% de los precios de los productos con comportamiento estacional. Por su parte, la inflación núcleo (2,5%) tuvo una leve aceleración y volvió a superar a la inflación promedio del mes, sostiene la Bolsa de Comercio de Córdoba.
De cara al futuro, es probable que ante la mayor liberalización de actividades a medida que se supere la pandemia aumenten las presiones inflacionarias, en un contexto de exceso de pesos por la fuerte emisión monetaria del BCRA para financiar el importante déficit fiscal del gobierno.
Se proyecta aumento de la inflación para los próximos meses, pronosticando una tasa de inflación mensual que llegaría a 4% mensual en noviembre.
De hecho, estos resultados ya se perciben en términos regionales; el Gran Buenos Aires, la región más paralizada por su situación sanitaria, tuvo la inflación más baja del país (1,6%), mientras que el resto de las regiones, más flexibilizadas por su mejor desempeño sanitario, tuvieron niveles de inflación iguales o superiores al promedio de julio.
En la misma línea, las expectativas de los agentes relevados por el BCRA proyectan un sendero de aumento de la inflación para los próximos meses, pronosticando una tasa de inflación mensual que llegaría a 4% mensual en noviembre, manteniéndose en ese nivel hasta al menos comienzos de 2021. Con esto, si bien la inflación para 2020 sería menor a 40%, para los próximos 12 meses se espera una que ascienda a 51,9%.
Continúa la recuperación de la actividad
El mejor desempeño de algunos sectores en los últimos dos meses ha llevado mejorar las expectativas de actividad para el tercer trimestre; según el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central se prevé una recuperación trimestral del 8%, un poco por encima de las expectativas del mes previo.
Sin embargo, se ajustaron a la baja, a un nivel de 6% trimestral, las perspectivas de rebote de la actividad para el cuarto trimestre, con lo cual el año cerraría con una contracción del PBI de 12,5%. La pérdida de impulso de la recuperación se explicaría principalmente por las fuertes restricciones a la movilidad en el AMBA, fuertemente afectada por la pandemia.
Si bien se descuenta un rebote de la actividad en 2021 (de entre 5% y 6%) que continuaría a menor ritmo en 2022, la huella de la pandemia seguirá presente por un largo tiempo y con un fuerte impacto socioeconómico.
Ya en mayo se visualizaba una caída récord de 2,7% del empleo registrado respecto a febrero y de 3,4% respecto al mismo mes de 2019, con un efecto más profundo en los trabajadores independientes. Esto junto con la fuerte caída en salarios reales tendrá un marcado impacto en desempleo y en pobreza, que va a llevar tiempo superar.