Desde el Departamento General de Irrigación explicaron que el 81% del agua de Mendoza queda en manos del sector agrícola. De ese porcentaje, el 50% se pierde por el sistema de riego a manto (pérdidas en canales más la pérdida dentro de las fincas). Es decir que por cada 100 litros que salen de los diques, la mitad llega a las plantas.
En tanto, el consumo humano promedio de toda la provincia representa 11%, mientras que la actividad minera y el petróleo se llevan 1% y el uso recreativo y ambiental (corresponde a piletas, riego de jardines y parques) absorbe 4%.
De acuerdo con información oficial de Irrigación, la cuenca del río Mendoza es las más "equilibrada" en cuanto a la distribución por destino: 33% se lo lleva el consumo humano (que distribuye Aysam, mientras que el sector agrícola se lleva 59%; el uso recreativo y el riego de parques y jardines se lleva 4% y la industria 3%. Por último, el uso de los organismos públicos (plazas, parques y camiones cisternas de riego oficiales) se lleva 2%.
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La otra cuenca "equilibrada" es la de Malargüe, donde el consumo es de 52%, seguida del uso recreativo, 31%, mientras que la población se queda con 1%. Allí, la actividad minera y la petrolera se alzan con 11% del total del recurso disponible.
En la cuenca del río Tunuyán superior -que llega hasta el dique El Carrizal, aguas abajo del embalse es Tunuyán inferior-, el consumo agrícola es del 85% del total disponible, mientras que el humano llega al 9%, uso público, 4%, y el recreativo representa 1%.
Aguas abajo del mismo río, la cuenca del Tunuyán inferior -que abastece a buena parte de la zona Este-, el riego agrícola representa 97% del total.
En la cuenca del río Diamante, 85% se lo que da el agro, mientras que 4% es para la población. Por último, en la cuenca del Atuel 98% se lo queda el riego agrícola, mientras que el consumo humano recibe 1%.
Fuente: Gobierno de Mendoza