La Corporación del Mercado Central de Buenos Aires invirtió un millón de dólares para elevar a niveles internacionales la inspección sanitaria de alimentos, con la compra de nuevos equipos y el desarrollo edilicio para los tres laboratorios que funcionan en el principal centro de venta de frutas y hortalizas de comercialización del país.
Los equipos llegaron en febrero pasado y, a diferencia de los "viejos", permiten abordar una mayor cantidad de muestras, casi el doble que las que se trabajaban hace un año, además de detectar los plaguicidas más modernos, los ecológicos, menos dañinos para la salud y el ambiente.
El arribo del nuevo equipamiento requirió además elevar el personal a doce especialistas capacitados para el manejo del instrumental. "Tenemos tres laboratorios. Uno que se dedica a hacer la determinación de residuos de plaguicidas y a la determinación de madurez, dado que hay algunas especies que necesitan un análisis para saber si están en condiciones de ser comercializadas como el kiwi, la uva, los cítricos y la palta", explicó a Télam María Gabriela Sánchez, Jefa del departamento de laboratorio.
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"El otro es el de microbiología donde se verifica que la fruta o la hortaliza esté libre de eschericha coli, salmonella y se hace un control de coliformes totales. Los tres parámetros están determinados en el código alimentario argentino", puntualizó Sánchez. Por último mencionó el laboratorio de sanidad vegetal que es "de acompañamiento al operador ya que determina cuáles son las enfermedades de las frutas y las hortalizas que provocan que un producto se deteriore y se tire".
Fuente: Télam