Un equipo de investigadores del Instituto de Microbiología y Zoología Agrícola del INTA se enfoca en el estudio de los microorganismos del suelo capaces de incrementar la disponibilidad de nutrientes para las plantas.
En el Laboratorio de Bacterias Promotoras del Crecimiento Vegetal del INTA, Mariana Puente estudia los efectos de la inoculación combinada de diferentes especies de bacterias seleccionadas sobre la planta. La aplicación de esta técnica innovadora en soja demostró que aumenta la cantidad de proteína, el peso y el nitrógeno de los granos.
"La inoculación foliar es una tecnología innovadora que permitiría una menor dependencia de las condiciones generales del ambiente y una potencial consistencia en los resultados", señaló la especialista.
El efecto positivo de la inoculación combinada de las bacterias Azospirillum spp. y Bradyrhizobium spp, se ha reportado en varias investigaciones debido a que sus efectos sobre las plantas se sinergizan, mejorando significativamente el crecimiento y desarrollo de numerosas especies vegetales de interés agrícola.
Esta propuesta tecnológica representa un cambio de paradigma, debido a que replantea la dinámica de las inoculaciones -enfocadas sobre todo en las semillas-. De hecho, un estudio realizado junto con el Laboratorio de Fisiología Vegetal y de la Interacción Planta-Microorganismo de la Universidad de Río Cuarto -Córdoba- permitió describir el rol de las auxinas en la nodulación y su relación con el desarrollo de las raíces laterales.
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Las auxinas, grupo de fitohormonas que regulan el crecimiento de las células y tejidos vegetal, activan la velocidad del crecimiento de las plantas, especialmente en la parte superior, y determina el desarrollo de brotes laterales y raíces, hojas, flores y frutos.
Estos resultados se pudieron contrastar con ensayos realizados a campo. Así, demostraron que la coinoculación foliar de soja mostró mejor performance respecto a la inoculación convencional en semilla con ambos microorganismos. "La aplicación de Azospirillum de forma foliar mejoró la nodulación y también afectó positivamente a los granos, debido a que aumentó el contenido de nitrógeno, proteína y peso", destacó Puente.
En la Chacra Experimental Integrada Barrow -Buenos Aires-, la aplicación foliar de Azospirillum en soja generó aumentos de 428 kilogramos por hectárea respecto a la inoculación sólo con Bradyrhizobium, mientras que con la coinoculación en semilla fue de 63 kilogramos por hectárea.