En el año 2016, por primera vez en la historia de Uruguay, la biomasa superó a los hidrocarburos (petróleo) en la participación de las fuentes de energía de la matriz de abastecimiento. Así lo indica el Balance Energético Nacional publicado esta semana por la Dirección Nacional de Energía de Uruguay (DNE).
En 2016 la oferta bruta total de energía en el país fue de 5723 miles de toneladas equivalentes de petróleo (ktep), una cifra 5% superior a la del año anterior. Un 41.1% de la oferta total fue originada por turbinas alimentadas por vapor generado por la combustión de residuos forestales (biomasa) provenientes de dos megaplantas industriales de pasta celulósica.
En segundo lugar se ubicó la energía generada por hidrocarburos (derivados del petróleo importados) con una participación del 39.8%, mientras que los siguientes puestos fueron para la energía hidroeléctrica (12.9%) y eólica (4.9%), entre otras.
Otro dato significativo es que en 2016 el 59% de la oferta total de la matriz energética se originó en fuentes renovables. "En 2016 se concretó el cuarto año consecutivo de no importación comercial de electricidad; esto es consecuencia de los lineamientos instrumentados desde el 2005 con el objetivo principal de independencia energética con diversificación de la matriz con fuentes renovables y autóctonas", señala el informe de la DNE.
Uruguay cuenta con dos grandes plantas industriales de pasta celulósica: UPM de capitales finlandeses en Fray Bentos y Montes del Plata, de capitales suecofinlandeses (Stora Enso) y chilenos (Arauco), en Punta Pereira (contiguo a la localidad coloniense de Conchillas). UPM tiene planes para montar una nueva planta industrial en Uruguay en la próxima década; cuando ese proyecto -que representará la mayor inversión privada en la historia de la nación oriental- se concrete, la nación oriental se transformará en el segundo exportador global de pasta de celulosa.
En lo que respecta a la generación de electricidad, al final de 2016 Uruguay contaba con una potencia total instalada de 3913 megavatios (MW), la mayor parte de los cuales eran de origen hidráulico (1538), seguido por eólico (1212), térmicos fósiles (650), térmicos de biomasa (425) y solares fotovoltaicos (89). Es decir: el 89% de la potencia instalada es de origen renovable.