La rentabilidad de los productores agropecuarios ingresó desde hace tiempo en una etapa de complicaciones debido a numerosos factores, pero especialmente por el aumento de los costos y la elevada presión impositiva.
Esta presión se ve reflejada en una reforma enviada al Congreso por el gobierno con aumento de impuestos internos a varias economías regionales y el incremento del inmobiliario rural para el año próximo en provincias como Buenos Aires, Córdoba, San Luis y Santa Fe.
En lo que respecta a los costos, en las últimas horas la Federación Olivícola Argentina (FOA) encendió la alarma a partir de un incremento promedio del 62 por ciento en las tarifas eléctricas, "lo que podría conducir a la desaparición de la actividad principal en esta agroindustria para las provincias de La Rioja y Catamarca que son los mayores productores
nacionales, seguidos por Mendoza y San Juan", aseguraron desde FOA.
La olivicultura nacional es una actividad electro intensiva, cuya producción tanto de aceitunas de mesa como de aceite de oliva, se exporta casi en su totalidad (80% aproximadamente). Esta industria, alertó que debe soportar elevados costos internos, atraso cambiario, y leyes laborales "cuyas modificaciones no repercuten en el análisis numérico, escenario al que ahora se suma este incremento que agrava una situación ya difícil e histórica".
Desde la federación se había presentado ante el gobierno nacional y el Congreso un documento donde solicitaban una consideración y tratamiento especial sobre las anteriores tarifas, "es de imaginar que los nuevos valores no son la respuesta que la producción olivícola esperaba o puede sostener. Podrán verificar nuestro reclamo permanente de una tarifa eléctrica para las regantes agrícolas eléctricamente dependientes, junto al registro nacional de regantes, de manera que se contemple esta especial característica de producción como se lo ha hecho ya para las industrias y para los usuarios domiciliarios en similar situación", remarcan.
En la actualidad las economías regionales de las provincias mencionadas absorben el 60% de la mano de obra temporal del país, según las cifras oficiales, y que la inconsulta suscripción del acuerdo Mercosur/Egipto "le ha dado un golpe de difícil superación a la actividad, entendiendo como poco razonable el incremento aplicado. No debe escapar al análisis que si bien en algunos territorios existe riego por cauces naturales, el caudal de los mismos también debe ser suplementado con el riego mediante pozos y por ende, consumen energía eléctrica".
En un comunicado de prensa, Julián Clusellas, presidente de FOA, manifestó: "Por estos motivos, y porque cuentan las reparticiones de gobierno de incumbencia en la actividad con las cifras de los costos que afrontamos, es que nos dirigimos a ustedes, solicitando la inmediata revisión de la medida, adaptando los valores a las reales posibilidades de absorción que las empresas tienen. Caso contrario, y dentro de un marco que dista mucho de la realidad y aún más, de nuestras expectativas, se deberá asumir la responsabilidad de imposibilitar nuestra producción a punto tal de arriesgar su futuro inmediato".
Suba de importaciones de alimentos
Mediante un comunicado de prensa, la Federación Agraria Argentina expresó su preocupación por "el avasallante ingreso de frutas y verduras en estaciones que se superponen con periodos de cosechas locales. Ver en las verdulerías y supermercados del país tanta uva, vino, manzana, naranja, banana, naranjas y otros productos traídos de afuera, mientras nuestra gente en las economías regionales tiene que abandonar la producción, produce un dolor difícil de explicar", señaló el Secretario gremial de la entidad, Orlando Marino, quien agregó, "nos dicen que es la única forma de volver al mundo es con un mercado abierto, nos explican que los números de la importación son irrelevantes, pero la pregunta es: ¿Qué vara usan para medir la relevancia? Lo que vemos nosotros es que en cada chacra, nuestra gente siente de cerca que esto sí es un problema al que se le debe prestar atención".
Además, Marino comentó "si un productor no puede vender su producción, porque las reglas de juego hace años que no son claras en el mercado interno, porque se profundiza una distorsión de precios entre el productor y consumidor, al que tenemos que sumarle el ingreso importador. Así, las industrias que procesan alimentos presionan hacia la baja del precio que
nos pagan por la materia prima, como en el damasco y durazno, o la ciruela con un panorama cada vez más desalentador".
Ante esta situación el federado propuso, "es necesario un desarrollo endógeno en nuestro país, que cubra las necesidades básicas, tiene que haber un desarrollo territorial, con participación de los productores y de la comunidad. Debemos potenciar las fuerzas propias y particularidades de las regiones, construyendo las cadenas productivas, haciendo un aprovechamiento eficiente de las infraestructuras y capacidades instaladas, eslabonar la producción, distribución y consumo de forma equitativa, construir redes productivas integradas por Pymes y cooperativas".
