La alfalfa, clave para potenciar la ganadería: cómo lograr más eficiencia y carne
Ensayos del INTA General Villegas demostraron que ajustar la frecuencia de pastoreo en primavera-verano mejora la calidad del forraje, aumenta la carga animal y eleva la eficiencia productiva.
La alfalfa es la base forrajera de la mayoría de los sistemas ganaderos de la región pampeana, donde concentra entre el 60 y el 70 % de la producción anual durante primavera y verano. Un manejo eficiente del pastoreo puede marcar la diferencia en los resultados productivos, y así lo comprobó un equipo del INTA General Villegas en una serie de ensayos recientes.
Los investigadores evaluaron distintas estrategias de defoliación en pastoreo directo y encontraron que anticipar el ingreso a la pastura, antes del 10 % de floración, y aumentar la frecuencia en primavera-verano permite mejorar la calidad del forraje, incrementar su aprovechamiento y elevar la producción de carne en un 30 %.
"Cuanto más eficientes seamos en el uso del cultivo en primavera y verano, mayor será el impacto en los resultados de todo el ciclo de la pastura", explicó Cecilia Sardiña, especialista del INTA.
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Más carne por hectárea
Los estudios mostraron que con intervalos más cortos de pastoreo se lograron:
Mayor período de utilización de la pastura.
Incremento en la producción de forraje disponible.
Más carga animal por hectárea.
Mejores ganancias individuales y por superficie.
Un ejemplo fue el ajuste en la asignación de forraje en verano: aumentar del 3 % al 4 % del peso vivo mejoró las ganancias por animal, mientras que ingresar cada 14 días permitió aprovechar pasturas más bajas sin afectar la carga.
La recomendación técnica final es ingresar a las pasturas de alfalfa en primavera-verano cada 15 a 25 días, cuando la biomasa se ubique entre 2.000 y 3.000 kilos de materia seca por hectárea, lo que asegura alta calidad del forraje y máxima eficiencia en la producción de carne.