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Una alternativa para analizar a fondo

En medio de un grave problema inflacionario, manejar el dinero que sale del campo es otra tarea titánica. Las obligaciones negociables están entre las opciones más interesantes.

En medio de un grave problema inflacionario, manejar el dinero que sale del campo es otra tarea titánica. Las obligaciones negociables están entre las opciones más interesantes.

¿Qué hacer con el dinero que se obtiene de la venta de granos o de cualquier otro producto agropecuario en un contexto de altísima inflación? Entre las alternativas para quebrar la encerrona aparecen las Obligaciones Negociables (ON). Cuando una entidad privada necesita fondos, los puede pedir prestados a través de estos bonos. De esta forma, la sociedad contrae deuda con los obligacionistas, que son los inversores que compraron esos títulos, y se compromete a cancelar esa deuda en el plazo pactado junto con el interés correspondiente.

El capital de las ON se devuelve generalmente en cuotas anuales o semestrales llamadas amortizaciones, y genera un interés que puede ser de tasa fija o variable. Entre las ventajas de esta movida se citan la certeza del cobro de la renta al vencimiento, el hecho de contar con una calificación de riesgo del emisor y la posibilidad de una garantía, más la existencia de variados tipos de ON que se adecuan a los distintos perfiles de inversores, según sus preferencias en cuanto a plazos, tasas, existencia de garantías, diversidad de monedas, método de amortización, opción de convertirlas en acciones de la empresa y otros factores.

En el mercado hay disponibles ON de corto plazo que pagan tasas de interés rentables comparadas con otras inversiones. Y si bien las obligaciones negociables se pueden mantener hasta el vencimiento, un inversor puede decidir su venta en el mercado en cualquier momento previo a esa fecha, y hallar contraparte siempre que tengan la liquidez necesaria. Además, los inversores pueden vender las obligaciones negociables en el mercado de capitales durante su vigencia y obtener la ganancia que puede surgir de la diferencia entre el precio de compra y el de venta.

Para la especialista Natalia Colombo, es posible armar una cartera en dólares que brinde intereses periódicamente a partir de estos instrumentos. Como se indicó, antes de aportar el dinero el inversor conoce el interés que percibirá. Son ideales para inversores con perfil de riesgo moderado, que estén dispuestos a asumir algo de riesgo para ganar más y tienen un horizonte de inversión de mediano a largo plazo.

Las ON cotizan tanto en pesos como en dólares. El riesgo en las ON está dado por la posibilidad de un default por parte de la empresa, es decir, que no cumpla con los pagos. En algunos casos, como por ejemplo en empresas cuyos ingresos sean en pesos, la devaluación constituye un riesgo extra, ya que puede darse un descalce de moneda entre ingresos (en pesos, que se licuarían por una devaluación) y gastos o erogaciones de estas ON (en dólares billetes). Por lo tanto, se recomienda elegir sectores que tengan ingresos en moneda extranjera donde se vea minimizado este riesgo.iiii

Actualmente este mercado se muestra bastante líquido, de manera que el inversor puede retirarse antes de llegar al vencimiento, en caso de que lo necesite. Obviamente,

Colombo subraya que la mayoría paga intereses de entre 3,5 y 10%, dependiendo de la empresa y sector, y la frecuencia de pago suele ser trimestral o semestral. Respecto de la amortización, pueden devolver el capital al vencimiento o en cuotas. Los pagos pueden hacerse en dólar MEP o CCL. Todas estas características están en el prospecto de emisión.

Entre las alternativas más interesantes, la especialista destaca la ON de Pampa Energía, que vence el 8 de diciembre de 2026, paga intereses anuales del 9.5% sobre el capital (nominales), de manera semestral (todos los diciembre y junio) y devuelve el capital en cuotas.