PERSPECTIVAS

Perspectivas 2019: el agronegocio, con trazo fino

Un grupo de variables definirá la suerte de esta campaña. El año electoral agrega una cuota de incertidumbre a los números. Será una temporada para revisar una y otra vez los presupuestos.

28 Dic 2018

 Se va cerrando el año 2018, aunque del actual ciclo agropecuario se hablará hasta mediados del año que viene. El resultado de esta campaña será muy importante. Está centrada entre dos circunstancias muy importantes: las pérdidas muy grandes en la productividad de los cultivos 2017/18, a causa del clima, y los pormenores políticos y económicos del año electoral.

Ahora, ¿cómo se están pensando los agronegocios 2019?

Sebastián Senesi, de la cátedra de Agronegocios de la Facultad de Agronomía (UBA) planteó el panorama general. "La macroeconomía seguirá teniendo un gran impacto y a cada negocio, en particular, lo afecta más o menos.

Alto índice inflacionario, importante presión impositiva, el aumento de los costos que lo podrán tolerar, casi exclusivamente, los negocios de exportación, y el consumo interno deprimido son grandes fuerzas de presión", advierte Senesi, sobre la generalidad esperada para el 2019, traída de la realidad 2018.

Haciendo algunas disquisiciones en cada caso, manifiesta: "La soja se mantendrá como el gran complejo exportador; el maíz y el trigo estarán un poco más atrás enviando mercadería al exterior, y luego la recuperación del negocio de exportación de la carne que sigue firme. El resto de las cadenas están con serios problemas de competitividad, por eso, la macroeconomía sigue moldeando las inversiones y las decisiones de largo plazo en estas cadenas y, de manera más importante, en las otras [girasol, pollo, cerdo]".

Asimismo, Senesi pone cierta duda sobre las capacidades del complejo sojero de otro momento. "El diferencial de retenciones que deberá pagar la industria, debido al ajuste en el esquema de derechos de exportación, es negativo para el negocio de la harina y el aceite. Además, el conflicto China y EE.UU. obliga a estos últimos a procesar más soja y que sus despachos hacia mercados que, tradicionalmente, fueron destinos para Argentina, los norteamericanos los ganan gracias a precios competitivos".

Por su parte, el consultor también asignó al "efecto electoral" un impacto sobre las decisiones. "No tengo dudas de que el año que viene habrá un freno importante en el panorama general de inversiones, producto de las elecciones.

Probablemente, no de la magnitud que se vivió en el año 2015, pero cada productor esperará cuál es el resultado político para definir cómo invertirá. Visto de esta forma, la parada más difícil la tienen los que definen su estrategia para junio/julio, ya que tienen que pensar en todo el ciclo analizando muchas más variables".

En este momento, la zona central del país está muy metida en la cosecha de trigo y atraviesa la ventana de tiempo intermedia entre las siembras tempranas y tardías del maíz y la soja. Mientras, se empieza a mirar el panorama.

Al sur santafesino, el asesor técnico Luis Negruchi todavía no tiene del todo claro el panorama de los agronegocios agrícolas del año que viene, sin embargo, reflexiona sobre algunas grandes ideas. Cuenta que esperaban trigo bueno este ciclo, sin embargo, las primeras maquinadas sobre los lotes muestran un resultado mejor de lo esperado.

"Proyectábamos menos de 40 quintales por hectárea y estamos viendo resultados entre 45 a 60 quintales. Un buena noticia para el productor en este momento, teniendo en cuenta que pasamos un breve período de sequía y una helada que sucedió en el momento crítico del cultivo. Aunque creemos que está influyendo mucho la napa en estas producciones", señala. Según el asesor, éste es el primer indicio para el año que viene que pone al trigo con iguales intenciones que la campaña actual.

Por el lado de la soja y el maíz, el avance de las primeras etapas del ciclo también progresan en buena condición, describe. Aclara, al respecto, que en el caso del cereal hay mucha disparidad en las fechas de siembra y la oleaginosa volvió a las zonas bajas de los campos, que ahora están secas, pero estuvieron anegadas por los excesos hídricos de los últimos años. Negruchi reconoce la influencia electiva del año 2019 para definir la campaña.

"Por ahora, seguimos convencidos y planeando rotaciones. Si se van componiendo las finanzas del productor entre los tres cultivos [trigo, soja y maíz], vamos por la misma senda y solo con ajustes puntuales, típicos de todos los años. Si hubiese alguna alteración productiva, económica o política, como pasó este año con el cambio de reglas, ningún productor arriesgará más. Si se da algo de esto último, el 2019 será un apuesta muy modesta acompañando esa mayor incertidumbre que sentirá el productor", avisora el técnico, sobre el posible minuto a minuto de la nueva campaña.

La ganadería, por su parte, juega otro partido. Roberto Guercetti, CEO de la empresa ganadera Conecar en Carcarañá (Santa Fe) y directivo de la Cámara Argentina de Feedlot, analiza su posible 2019.

"Lo que está sucediendo en el negocio del corral es que los alimentos están en precios muy elevados y los feedlots atraviesan una situación muy complicada. Al día de hoy hacer un kilo de carne es más caro que el precio al que se puede vender. Y esto, probablemente, se mantenga durante el 2019", adelanta el productor.

De acuerdo a lo que manifiesta el referente, el negocio más jugoso viene con la exportación de carne. En este sentido, dice que, "el 2019 puede ser un año muy positivo. Se está trabajando muy fuerte en la producción de novillo pesado, con destino de la exportación. Actualmente, entre el 40 a 50 por ciento de los corrales están ocupados con esa categoría, algo que era impensado hace solo tres años. De esta forma, vemos que hay un camino de salida de la hacienda hacia el exterior, mientras que el consumo interno está deprimido".

A partir de su análisis del negocio, Guercetti empieza a mostrar las cartas con las que jugará el año que viene. Pero, antes, aporta un dato interesante, e ilustrativo, de la realidad de la cadena de ganados y carnes.

"Hoy los que están haciendo las inversiones en los feedlots son los frigoríficos. La industria tiene el capital, compra sus animales y paga el engorde y la terminación de las cabezas encerradas. Esos son los actuales actores fuertes de los corrales. Quieren asegurarse la mercadería y, además, están con dinero disponible para pagar una invernada más larga que implica un novillo más pesado".

¿Qué deja ver esta realidad? Que de la misma forma que sucedió con la agricultura o la lechería en ciertos casos, la ganadería seguirá un proceso, el año que viene, en el cual solo sostiene en el negocio a los productores eficientes o los que tienen estructura. 

De esta forma, la cuestión es, ¿empieza la salida del negocio de feedloteros que tienen años en la actividad? Por su parte, Guercetti está convencido y su forma de ver lo que viene se cae por su propio peso.

"Nosotros venimos trabajando fuerte en las inversiones. Entre el año pasado y el actual certificamos normas IRAM ISO 9001 y 14001, también bienestar animal con una empresa alemana; ya estamos obteniendo las primeras carnes libres de antibióticos, que vendemos a una carnicería de Rosario, se están haciendo los primeros ensayos con animales libres del suministro monensina [antibiótico], compramos balanzas para hacer medición continua del peso de los animales. Ese es el camino: la ganadería de precisión", cierra el feedlotero, dejando a las claras que su visión excede la coyuntura del año próximo.