Tecnología

Un derivado de la soja imita sabor y olor de la hamburguesa vacuna

Si se prohíbe la carne, esta hamburguesa vegetal funciona perfectamente.

24 Jun 2016

Si aceptamos que el consumo global de carne produce contaminación, consume mucha energía y destruye el clima y el paisaje, la pregunta más obvia sería: ¿cómo lo solucionamos? Hay dos respuestas a esa pregunta.

Esta semana, China ha presentado su enfoque: aprovecharse del poder de su fuerte Gobierno central para establecer drásticos cambios en sus directrices dietéticas, y respaldarlos con todo, desde vallas publicitarias hasta el apoyo público por parte de famosos para hacer que corra la voz. 

El consumo de carne chino ha explotado durante las últimas tres décadas, pues ha aumentado cinco veces desde alrededor de los 14 kilos por persona al año. El plan del Gobierno es animar a la gente a limitarlo a unos 23 kilos por persona. Esta medida que podría eliminar miles de millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono para 2030, en caso de resultar exitosa.

Esta no es una opción viable en Estados Unidos, donde cualquier esfuerzo gubernamental por cambiar las directrices dietéticas se ve obstaculizado por los grupos de la industria alimentaria.

En su lugar, a los estadounidenses no les queda más remedio que depender de la determinación de personas como el bioquímico, fundador y CEO de Impossible Foods, Patrick Brown, cuya empresa afirma haber desarrollado una alternativa a la carne picada basada en plantas .

La empresa afirma que cuando se cocina es prácticamenteimposible distinguirla de la carne de vacuno. Impossible Foods permitió recientemente que las cámaras de Bloomberg accedieran a sus cocinas para crear un vídeo que hace agua la boca del espectador, junto con otras imágenes de sus productos igual de apetecibles. Y a diferencia de la carne elaborada en tubo de ensayo, de la cual una sola hamburguesa cuesta más de un cuarto de millón de dólares (unos 220.000 euros), la empresa parece poder producir sus hamburguesas en grandes cantidades.

Brown no debe ser confundido con el otro emprendedor de carne artificial de apellido Brown, pero de nombre Ethan, que dirige Beyond Meat. Su empresa emplea proteínas de soja para crear productos diseñados para que sepan igual que las tiras de pollo y la carne picada. Mientras que su sabor puede que deje algo que desear, la hamburguesa de Beyond Meat (la Beyond Burger) parece estar lo suficientemente buena como para que hayan volado de las estanterías de la cadena de supermercados Whole Foods en Colorado (EEUU) desde su lanzamiento el mes pasado.

Pero si hubiera que juzgarlas por su apariencia y su asombrosa cobertura por parte de los medios de comunicación, Impossible Foods parecería disfrutar de una leve ventaja respecto a Beyond Meat. Las cámaras dedicaron mucho tiempo a las tomas de la preparación de hamburguesas perfectamente formadas con la alternativa a la carne picada de Impossible Foods y a observar cómo chispotorrean en la parilla. Los periodistas se deshacen en elogios a su sabor. Esto representa un marcado contraste con las hamburguesas de Beyond Meat, que se parecen un poco a unas tortitas demasiado hechas.

Pero la ventaja real de Impossible Foods podría residir en el hecho de que (Patrick) Brown ha divisado un compuesto derivado de la soja llamado hemo, que ahora obtiene de levaduras modificadas genéticamente. Cuando está refinado se parece y fluye igual que la sangre, y aparentemente hasta huele igual. De hecho, hemo es la misma molécula que transporta el oxígeno dentro de nuestra sangre.

Pero todavía es un misterio si estas empresas lograrán elaborar una alternativa a la carne que nos haga romper con nuestra addición al tiempo que limite la cantidad exorbitante de gases de efecto invernadero que se emite durante el proceso de prepararla para el consumo humano. Y mientras que Impossible Foods ha recaudado 182 millones de dólares (unos 160 millones de euros) en capital semilla a fin de alcanzar este objetivo, y mucha gente cree que no llegará a lograrse jamás.

Pero Brown de Impossible Foods es optimista."Si la gente sigue comiendo hamburguesas dentro de 50 años, no estarán hechas de carne de vacuno", contó a la Radio Pública Nacional de Estados Unidos. Y concluyó: "Intentamos salvar la hamburguesa".