Campo argentino

¿Y a vos qué te gustaría ser cuando seas grande?

30 May 2016

Comienza el día. El gaucho mueve las cenizas de la noche anterior con una varilla de sauce, buscando brasas para reavivar el fogón; les agrega ramitas finas y secas con cascarilla de árbol; al instante llegan las llamas y a los pocos minutos, el fuego de troncos de raíz de ñire promete calor para el desayuno de galleta, mate y matambre de cordero, estacado en unas ramas peladas de radal.

En los fogones de campo se conservan las cenizas de días anteriores, ya que hacen resguardo de las brasas nuevas. Al cubrirlas, éstas se mantienen candentes por horas; si no, el oxígeno y la brisa, las consumen rápidamente. Es así como se guardan para el mediodía de churrasco veloz con unas papas grandes al rescoldo, que quedan enterradas luego del desayuno en una mezcla de cenizas y brasas. Así, el gaucho, mientras realiza sus quehaceres de campo matutinos, sabe que regresará al fogón con medio almuerzo ya cocido.

¿Quién cuida de nuestras tradiciones, oficios y buenas costumbres de campo? ¿ Y quién las continúa? Por suerte todavía hay esperanza en las miradas de los niños hijos de trabajadores de nuestra tierra, que quieren seguir apostando al campo argentino. 

Valor y respeto al oficio, sus tradiciones. Son parte de nuestro hacer.