Economía

Cambio estructural en el mercado de arrendamientos agrícolas

El poder de negociación dejó de estar en manos de los propietarios. Por la crisis que atraviesa el negocio.

4 May 2015

 Los valores negociados en el mercado de arrendamientos agrícolas están registrando este año un ajuste importante en la mayor parte de las regiones productivas (salvo en los mejores ambientes de la zona núcleo pampeana, donde las reducciones son sustancialmente inferiores).

“Ya no trabajamos más con Margen Bruto sino con Margen Neto. En otros tiempo podíamos dejar de considerar el impacto impositivo y financiero, pero actualmente, con precios tan bajos de los granos, quedaríamos fuera del negocio si no lo hacemos”, indicó un empresario agropecuario que tiene base en Entre Ríos.

El operador agrícola explica que el costo impositivo –integrado por tributos nacionales como el “Impuesto al Cheque” y provinciales como Ingresos Brutos, entre otros– representa actualmente un costo de 27 u$s/ha. Y el costo financiero, a pesar de que la empresa es conservadora al respecto, requiere una suma de 28 u$s/ha.

En la zona sudeste de Entre Ríos la propuesta del empresario para este año es de 1,5 qq/ha de soja a cuenta de un porcentaje del 15% del rinde de soja de primera, 10% de trigo y también 10% de soja de segunda. En la zona entrerriana de Victoria la propuesta es de un piso de 5,0 qq/ha de soja a cuenta de un 20% del rinde soja de primera.

“Los propietarios de campos están tan preocupados como nosotros por la situación. Este año vamos a tener que trabajar más de psicólogos que de ingenieros”, apuntó.

Otra empresa agrícola con base de trabajo en la zona oeste bonaerense, para este año está ofreciendo acuerdos de 5 a 6 qq/ha de soja para buenos campos de la zona de Trenque Lauquen (con el valor de la Soja Matba Mayo 2016). También ofrece la posibilidad de realizar acuerdos asociativos (con un porcentaje, por ejemplo, del 27% para campos con un rinde histórico promedio de 30 qq/ha de soja de primera).

“Nuestro objetivo es realizar acuerdos tempranos porque entendemos que, en las actuales circunstancias, la capacidad de pago se reduce a medida que avanza el año; no es lo mismo sembrar un campo desprolijo que otro con los barbechos realizados como corresponde”, explicó el empresario de la zona Oeste.

“Las propuestas se hacen en función de la realidad del negocio. Nuestras perspectivas de renta se han ajustado también de manera considerable (en 2015/16) porque consideramos que la actividad debe evaluarse con un horizonte de largo plazo”, añadió.

Un importante empresario que el año pasado sembró 22.000 hectáreas en el NOA, este año dejará de sembrar 5000 hectáreas alquiladas porque entiende que en esa zona el negocio en campo de terceros se ha tornado inviable.

“Tengo otras 2500 hectáreas arrendadas con un contrato vigente que vence este año: intentaré salir del contrato, pagando una penalidad, y si eso no es posible, las sembraré este año por última vez”, aseguró el empresario. “Algunos propietarios se sorprendieron al enterarse que, en un año con rindes tan buenos, se les esté devolviendo el campo”, añadió.

Pero en los mejores campos de la zona núcleo pampeana la posibilidad de ajustar el arrendamiento a la nueva realidad del negocio agrícola es limitada porque la demanda sigue superando a la oferta.

Un empresario que el año pasado alquiló un campo excelente en la zona sudeste de Córdoba a 18,5 qq/ha de soja, este año logró renegociarlo a 17,5 qq/ha menos el costo de flete a Rosario. “El riesgo asumido es elevado, pero se trata de un campo que tiene un promedio histórico de rindes buenos y estables en el tiempo”, señaló el arrendatario.

Otro operador agrícola, que el año pasado arrendó un muy buen campo de la zona sudeste de Córdoba a 18,5 qq/ha de soja, este año lo renegoció en 16,5 qq/ha. Y otro campo bueno –pero con rindes más inestables– que el año pasado se pagó en 15 qq/ha con una tabla de adicionales a partir de un rinde de 45 qq/ha de soja, este año se renovó en un pago fijo de 13 qq/ha de soja.

“Si bien hay una reducción del valor de los alquileres, lo que estamos negociando este año está por encima de nuestra capacidad de pago en función de la realidad del negocio, pero es un costo que aceptamos asumir porque consideramos que la agricultura volverá a tener un panorama favorable”, explicó el operador agrícola.