Pulverización

Control de enfermedades de fin de ciclo

En aquellas zonas donde las precipitaciones fueron frecuentes ya se han observado brotes de enfermedades de fin de ciclo, las que pueden hacer peligrar el rendimiento de algunos cultivos de soja. El monitoreo es fundamental en estos casos, y en caso de ser necesario realizar un control justo y efectivo

Los fitoterápicos existentes para el control de estas enfermedades fúngicas son de tipo sistémicos. Esto es que para cumplir su función de control, deben ser absorbidos por las hojas de las plantas y luego traslocados dentro de la misma hasta las partes afectadas. Este movimiento ocurre desde abajo hacia arriba.

Dado que el inicio de las EFC (Enfermedades de Fin de Ciclo) ocurre en las hojas basales, es allí donde debemos llegar con la aplicación. Se recomienda en términos generales con 15 a 30 gotas/cm2 en las hojas del estrato inferior. El tamaño de las gotas debe rondar entre 200 y 400 micrones; aquellas de mayor diámetro quedarán con seguridad en las parte superior del cultivo y las de menor diámetro se perderá un alto porcentaje por deriva y evaporación. Recordemos que las temperaturas elevadas de esta época del año inducen tal pérdida. Por tanto, en función del volumen de cultivo o mejor dicho, de su índice de Área Foliar (IAF) se deberá definir el caudal de campo o descarga de caldo a aplicar.

Además de lo mencionado se debe considerar la humedad relativa ambiente del día que se realiza la aplicación ya que es un factor influyente.

Avances tecnológicos

Existen en el mercado pulverizadoras autopropulsadas equipadas con túnel de viento. Estos equipos ofrecen una ventaja respecto de los convencionales, que consiste en la turbulencia generada por la corriente de aire que imprime un movimiento adicional hacia abajo a las gotas al mismo tiempo que abre el cultivo. De este modo la llegada del caldo asperjado (cobertura) a los estratos inferiores del canopeo, más fácilmente alcanza los objetivos buscados.

En equipos con botalón convencional, la turbulencia que se genera detrás de éste por la propia velocidad de avance conduce un porcentaje de gotas de menor diámetro hacia la exoderiva. Por el contrario cuando se dispone de túneles de viento la corriente de aire generada impulsa, como se dijo, las gotas directamente hacia adentro de la canopia.

En aquellas máquinas en las que se pueda orientar la salida del aire, debe hacerse hacia adelante cuando el viento sopla de adelante hacia atrás; y a la inversa cuando se da la vuelta en la cabecera y el viento sopla desde la cola de la máquina. Dicho de otro modo la orientación del flujo de aire debe ser en contra del viento en el momento de la aplicación. Vale destacar que si la dirección del viento es perpendicular a la dirección de avance, es decir lateral, el efecto de la cortina de aire será mucho menor. Es decir, que de ser posible, en estas situaciones deberemos hacer circular la máquina en el mismo sentido que el viento.