De acuerdo con estudios realizados por INTA Manfredi la incorporación de pilotos automáticos, monitores de rendimiento, dosificación variable y guiado satelital aumenta entre 8% y 25% la eficiencia de uso de insumos y mejora la uniformidad de labores clave como siembra y fertilización. Estos avances, hoy presentes en las líneas de tractores y cosechadoras que recorren los campos argentinos, permitieron reducir costos, minimizar errores operativos y elevar la productividad por hectárea.
La maquinaria no es un insumo más, sino una socia estratégica del productor, capaz de adaptarse a contextos climáticos complejos y a un mercado cada vez más competitivo. En este sentido, estudios de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) muestran que la siembra de precisión puede mejorar el stand de plantas en cultivos extensivos hasta en un 15%, lo que se traduce directamente en mayores rindes y estabilidad productiva en años desafiantes.
En el mercado local, la dinámica actual exige decisiones de inversión más estratégicas. El productor argentino, más informado y con acceso a una oferta ampliada, evalúa no solo el precio de una máquina, sino la disponibilidad de repuestos, el servicio técnico, el respaldo posventa y la continuidad del fabricante.
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La investigación argentina aporta evidencia contundente sobre la importancia del servicio y la posventa. Estudios de INTA PRECOP y del Programa Nacional de Mecanización Agrícola destacan que la eficiencia real de la tecnología depende en gran medida de la capacitación del operario y del mantenimiento preventivo. Maquinaria bien calibrada y correctamente operada puede reducir el consumo de combustible entre 5% y 12% y mejorar el rendimiento operativo en tareas como pulverización y cosecha.
La industria de maquinaria agrícola es, además, un actor económico de peso propio. En este sentido, Sergio Karin, Director Comercial de Massey Ferguson sostiene que "la industria de la maquinaria agrícola es también un generador de empleo calificado, un impulsor de innovación y un dinamizador de economías regionales. Su aporte atraviesa toda la cadena de valor, desde las plantas industriales hasta los talleres rurales, pasando por proveedores, técnicos, concesionarios y profesionales que sostienen el funcionamiento de una actividad estratégica para el país".
El acompañamiento al productor se vuelve aún más relevante en un mercado volátil. Las redes de concesionarios y el soporte técnico especializado permiten mantener operativas las máquinas durante los momentos críticos de cada campaña, un aspecto decisivo para evitar pérdidas de rinde por demoras en siembra o cosecha.
La digitalización en procesos rurales habilita procesos más eficientes y reduce la incertidumbre en la toma de decisiones. El productor argentino avanza en este camino, integrando datos, sensores y conectividad para profesionalizar aún más la gestión productiva.
Es por ello, que se torna necesario que la maquinaria crezca junto al campo argentino, impulsándolo hacia nuevos estándares de productividad e innovación. Ya que se trata de un país que produce para abastecer a más de 400 millones de personas en el mundo, la tecnología aplicada se vuelve un componente indispensable para sostener la competitividad global.
Cada 12 de diciembre, la fecha invita a reflexionar sobre un ecosistema que no solo fabrica máquinas, sino que acompaña al productor en la complejidad de los ciclos climáticos y los contextos económicos. En un país donde las distancias, los suelos y los modelos productivos son tan diversos, la tecnología aplicada a tractores, cosechadoras e implementos permite reducir tiempos operativos, optimizar insumos y mejorar la eficiencia energética.
