Trigo

Sumar kilos

La inoculación de trigo con promotores de crecimiento (PGPrS) es una herramienta innovadora que permite mejorar los rendimientos a costos relativamente bajos

La incorporación de nuevas variedades de trigo, con mayor potencial de rendimiento y mejor compor­tamiento a las enfermedades más difundidas, brinda nuevas posibilidades para lograr producciones más competitivas en estos sistemas de producción. Pero se requiere una nutrición adecuada a los niveles es­perados de rendimiento del cultivo.

La respuesta del cultivo de trigo a la aplicación de Nitrógeno (N), Fósforo (P) y Azufre (S), ha sido evaluada en numerosos ensayos conducidos por las unidades de INTA en la región. Más recientemente, está siendo probada la inoculación de semillas con bacterias promotoras del crecimiento (PGPR).

Entre las bacterias que actúan como PGPR se encuentran especies pertenecientes a los géneros Acetobacter, Azotobacter, Azospirillum, Bacillus, Burkholderia y Pseudomonas (Kloepper et al., 1989; Bashan and Levanony, 1990); éstas ejercen efectos benéficos sobre las plantas dentro de los cuales po­demos considerar la fijación biológica de nitrógeno, la solubilización de fosfatos y la producción de fito­hormonas, entre otros.

Los efectos positivos ejercidos por Azospirillum derivan en cambios morfológicos y fisiológicos de las plantas inoculadas que mejoran la toma de agua y minerales. Esta respuesta estaría relacionada con la capacidad que poseen estos microorganismos para producir o metabolizar compuestos del tipo fitohor­monas, tales como ácido indol acético; citocininas (Tien et al., 1979); giberelinas (Bottini et al., 1989) y etileno (Strzelczyk et al., 1994), así como de otras moléculas reguladoras del crecimiento vegetal, tales como el ácido abscícico (ABA) (Perrig et al., 2007) y la diamina cadaverina (CAD) (Cassán et al., 2001).

El objetivo de este trabajo fue, evaluar la respues­ta a la inoculación de la semilla de trigo con Azospi­rillum brasilense Az39, sobre tres niveles de fertiliza­ción con N, P y S.

¿Cómo y con qué?

Durante 2009 se implantó un ensayo con el cul­tivar de trigo ACA 901 de ciclo intermedio a corto, con tres tratamientos de fertilización a la siembra: testigo sin fertilización (N0P0S0), fertilización media (N46P17S5) y fertilización alta (N130P34S10), de acuerdo a la utilizada en la zona y dos subtratamien­tos aplicados a la semilla: no inoculada y semilla ino­culada con Azospirillum brasilense Az39 con un título de 1/109 ufc/mL.

La experiencia se llevó a cabo sobre un suelo Ar­giudol típico serie Correa de la localidad de Cañada de Gómez. El antecesor fue maíz y los valores del análisis químico de suelo, realizado antes de la siem­bra, se detallan en la Tabla 1.

La siembra se realizó el 29 de mayo. La semilla se inoculó en el momento previo a la siembra utili­zando una dosis de 10 mL/kg de semilla. El stand de plantas logrado se evaluó el 15 de junio y fue de 300 pls/m2.

El diseño estadístico utilizado fue en parcelas divididas con tres tratamientos de fertilización en las parcelas mayores y dos subtratamientos de ino­culación en las parcelas menores. Las parcelas se distribuyeron en bloques aleatorizados con 4 repe­ticiones.

En la etapa de macollaje se extrajeron muestras de cada parcela, a fin de evaluar materia seca (MS) de la parte aérea del cultivo. La cosecha se realizó el 9 de diciembre de 2009.

A cosecha se registró rendimiento en grano en kg/ha expresado al 13.5%. Se efectuó el análisis de la variancia y se aplicó la prueba de Duncan al 5% sobre las medias de los valores de MS a macolla­je, rendimiento en grano, porcentaje de proteína en grano, peso hectolítrico (PH) y peso de mil semillas (PMS).

Resultados obtenidos

En la Figura 1 se muestran los valores de preci­pitaciones y temperaturas medias mensuales, regis­tradas durante el período de crecimiento del cultivo en 2009 y se comparan con los valores medios de la localidad.

Las lluvias de marzo y abril (202mm), registra­das luego que el cultivo antecesor dejó de consumir agua, así como el abundante rastrojo producido por el maíz, favorecieron las condiciones de humedad a la siembra y primeras etapas del cultivo de trigo. No obstante, durante parte de la etapa de macollaje, el agua fue un factor limitante, ya que sólo se registra­ron 10 mm de lluvias durante los primeros 70 días desde la implantación. En el resto del ciclo de cultivo, las precipitaciones fueron superiores a la media de la localidad. Las temperaturas medias de la campaña estuvieron, con excepción del mes de agosto, por debajo de las temperaturas medias históricas.

En la Tabla 2 se detallan los parámetros evalua­dos. La MS a macollaje mostró diferencias favorables al trigo inoculado, en todos los niveles de fertilización evaluados, con valores desde 239 kg/ha-1 hasta 367 kg/ha-1 en el tratamiento de alta fertilización.

El rendimiento en grano fue superior en el trigo inoculado, en los tratamientos de fertilización media y alta, con diferencias de 76 kg/ha y 174 kg/ha respectivamente. El tratamiento testigo sin fertiliza­ción, con trigo inoculado, rindió menos que el no ino­culado. En esta situación, posiblemente el ambiente fue excesivamente restrictivo para las necesidades nutricionales de un cultivar con elevado potencial de rendimiento.

Si bien con escasas diferencias, en los valores de proteína obtenidos, se repitió la tendencia registrada en rendimiento, con diferencias favorables al trigo inoculado, en los tratamientos de fertilización media y alta y una respuesta negativa en el tratamiento tes­tigo sin fertilización.

El PH y PMS no presentaron variaciones como respuesta a ninguno de los tratamientos evaluados.

Las diferencias en rendimiento entonces deben atri­buirse sólo a un incremento en el número de granos fijados.

Conclusiones

• La inoculación de trigo con Azospirillum, promovió incrementos significativos en producción de MS en kg/ha a macollaje, sobre todos los nive­les de fertilización evaluados.

• La inoculación de trigo con Azospirillum mostró respuestas positivas en rendimiento en grano, en kg/ha y en proteína, en porcentajes, en los tra­tamientos de fertilización alta y media. La respuesta fue negativa en ambos parámetros, en el tratamiento sin fertilización.

• El PH y PMS no tuvieron variaciones como respuesta a los tratamientos probados.

 Julia Ester CAPURRO, J.M. Monti, J. Garcia y Maria Cristina GONZALEZ

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