De los 250 asistentes del lunes a la asamblea en Sunchales, donde se reunieron tamberos, profesionales del tambo y referentes políticos han quedado aún muchas conclusiones pendientes. Cada uno se fue con una idea propia, los que no asistieron también se animan a sacar conclusiones, pero lo concreto es que después de mucho tiempo todos coinciden en la crisis lechera. Ni siquiera los millones de litros derramados hace dos años exactamente había provocado este encuentro.
Lo positivo es esto, el reconocimiento del problema que tendrá en definitiva mañana jueves a las 14 horas la recepción por parte del Ministro de Agricultura de la Nación de los tamberos, sus representantes institucionales, pero también intendentes, como será el caso del rafaelino Luis Castellano y los que originalmente habían sido citados, integrantes de los cinco departamentos tamberos del Foro de Presidentes Comunales, además de los ministros de la Producción de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires.
No estará sólo Casamiquela, sino también con su hombre de choque, tras la decisión política de acompañar esta situación, Jorge Videla, quien también prometió ante la asamblea que intentaría citar el jueves a Augusto Costa, el hombre que desencadenó el congelamiento de los pagos desde las industrias, a pedido de Carlos Fascendini, quien también pretende explicaciones directas sobre la extensión y entrega de los permisos de exportaciones, que son cuestiones que de él dependen.
A pesar que haya mencionado que “no existe ninguna resolución, ninguna firma del Secretario de Comercio Interior respecto al pago de tres pesos para la materia prima, no existe, ni participó de esa reunión”, lo que Videla hace es quitar a más de un mes de lo sucedido la culpa de la medida que sí tiene confirmada este Diario. Como tantas otras veces no quedó escrito pero fueron múltiples las comunicaciones y las sugerencias hechas desde ese sector de Economía, bajo la amenaza de apercibimientos a través de un recorte más en la emisión de los permisos de exportación.
Pero supongamos que esto jamás sucedió, o que por ejemplo nunca dijo Capitanich que tres pesos era un buen precio para los productores (lo que según Videla quizá “algún sector de la industria se lo ha hecho entender”), a pesar de la inflación cuyo número ni lo arriesgó, la actitud oficial es ahora la de aclarar algunas cosas, a pesar de haberlas originado.
Pero muchos de los que emprenderán este camino a Buenos Aires, para abrir el diálogo y el debate sincero sobre los precios, no creerán la situación hasta que se les abran las puertas. Todos los intereses quedarán expuestos, los temores también y será un tiempo de caballeros, donde por el honor todos resignen sus orgullos y privilegien la oportunidad de avance, sobre todo teniendo en cuenta el reconocimiento que el mismo Videla hizo de la representatividad de la reciente asamblea como “un hecho inédito” y entendiendo que las entidades son las que promueven el movimiento sindical productivo, al que también se anexan los autoconvocados, más allá del pasado de todos y cada uno.
