La invernada llega a mediados de diciembre firme y con valores del ternero que continúan por encima de los $6.000 por kilo, en un contexto típico de fin de año marcado por la menor oferta. La combinación de retención de hacienda liviana y buenas condiciones forrajeras sigue siendo el principal sostén de los precios.
Según el informe semanal de invernada y cría, los criadores aprovechan la abundante oferta de pasto que dejaron las lluvias del mes pasado para sumar kilos "baratos" a campo, postergando las ventas. Esta estrategia limita la disponibilidad de terneros en el mercado y refuerza la firmeza de los valores, incluso con la entrada plena del verano. En ese escenario, los terneros de 160 a 180 kilos promedian valores en torno a los $6.184/kg, con registros máximos que superan los $6.300/kg.
En paralelo, el Mercado Agroganadero de Cañuelas (MAG) mostró durante la segunda semana de diciembre un incremento del 26% en las cabezas comercializadas respecto de la semana anterior. Este mayor ingreso de hacienda aportó estabilidad a los precios de las distintas categorías, sin generar caídas bruscas. El índice de arrendamiento se mantuvo prácticamente sin cambios, reflejando un mercado con volumen, pero equilibrado.
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Dentro del MAG, las categorías de reposición continuaron destacándose con valores promedio por encima de los registrados el mes anterior. Si bien el precio promedio general mostró leves ajustes semanales, el novillo se mantiene en niveles altos, aunque con menor volatilidad que meses atrás, lo que aporta previsibilidad a las operaciones comerciales.
En el segmento de compra-venta, la reposición sigue con altos precios. La relación ternero-novillo evidenció un reacomodamiento que favorece a la cría, impulsado por la menor oferta de terneros, la recomposición del precio de la hacienda y la firmeza tanto del consumo interno como de la exportación. El novillo, en cambio, sostiene valores elevados pero más estables, funcionando como ancla del sistema.
El cierre del año encuentra al mercado ganadero transitando un escenario de precios firmes, menor volatilidad y señales positivas hacia 2026. La retención de invernada, el respaldo forrajero y una demanda que no afloja configuran un marco que sostiene al ternero en valores históricamente altos. Si estas condiciones se mantienen y no aparecen shocks de oferta significativos, el próximo año podría comenzar con un mercado más ordenado y con mejores expectativas para la cría y la recría.
