El sector agroindustrial manifestó un apoyo contundente al Proyecto de Modernización Laboral enviado por el Gobierno al Congreso. En una coyuntura marcada por debate legislativo y demanda de previsibilidad económica, las entidades del agro coincidieron en que la iniciativa puede mejorar las condiciones de inversión, ampliar la formalidad laboral y fortalecer la competitividad del país.
En un comunicado conjunto, las Bolsas de Cereales del país calificaron el proyecto como "un paso muy positivo y necesario para fortalecer la competitividad de la economía argentina". Subrayaron especialmente la inclusión del Régimen de Incentivo para Medianas Inversiones (RIMI), al que consideraron "una herramienta clave para generar mejores condiciones de inversión en el sector agropecuario".
La Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM) se sumó al respaldo. Su presidente, Diego Cifarelli, sostuvo que "la modernización laboral es fundamental para aumentar la competitividad de la industria molinera". El dirigente destacó que la inclusión del RIMI constituye un acierto estratégico, al señalar que este régimen "generará más inversiones en el sector, más producción y agregado de valor y con ello más empleo e ingresos de divisas para la economía".
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El apoyo también fue explícito por parte del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), que celebró tanto la reforma como la incorporación del régimen de incentivos. La entidad recordó que trabajó desde el inicio en el diseño del capítulo vinculado al RIMI y que su incorporación al proyecto es resultado de un proceso de articulación institucional. Su presidente, Gustavo Idígoras, afirmó que "la modernización laboral y el RIMI van a generar un efecto positivo en las inversiones, el empleo, producción y las exportaciones agroindustriales en una cifra incremental de alrededor de 15 mil millones de dólares".
Además, Idígoras anticipó que el CAA impulsará mejoras durante el tratamiento legislativo para asegurar que "el RIMI alcance a todo tipo de empresa agropecuaria y agroindustrial", con el fin de que los beneficios del régimen no queden restringidos a segmentos específicos de la cadena. La entidad insistió en que el RIMI puede convertirse en un instrumento central para dinamizar la inversión privada, especialmente en momentos en que la estabilidad normativa se vuelve clave para la toma de decisiones productivas.
Las Bolsas, por su parte, remarcaron el impacto del proyecto en la formalización del empleo rural, y sostuvieron que el nuevo marco normativo permitirá el "avance relevante para contar con un marco normativo más moderno y adecuado para la generación de empleo formal, al tiempo que contribuirá a reducir los niveles de informalidad en el mercado de trabajo". Y enfatizaron en que una normativa más moderna es condición necesaria para acompañar la expansión productiva y tecnológica del agro.
El apoyo coordinado de tres de los sectores más influyentes del sistema agroindustrial coinciden en que la reforma laboral, acompañada por incentivos a la inversión, podría mejorar el clima de negocios y potenciar la producción, el agregado de valor y las exportaciones. Tanto la industria molinera como las Bolsas y el CAA destacan que sin un marco laboral actualizado y estímulos claros, resulta difícil expandir empleo formal y competitividad en un sector con alto potencial exportador.
La convergencia del agro en torno al proyecto de modernización laboral y al RIMI evidencia una demanda histórica: reglas claras, previsibilidad y herramientas que acompañen el crecimiento del sector. Aunque la discusión legislativa recién comienza, el respaldo unificado anticipa que la cadena agroindustrial ve en estos instrumentos una oportunidad concreta para recuperar ritmo, modernizar procesos y ampliar empleo.
