Es una idea instalada en los productores considerar como una mala decisión, anticipar la cosecha y pagar secado. En consecuencia, en general se prefiere esperar y cosechar el trigo seco. Es decir, con 14% de humedad o menos.
Sucede que cuando comenzamos a cosechar los primeros lotes de trigo con 14% de humedad, terminamos los últimos lotes con el trigo a 12% y a veces menos aún, esto representa, entre otras cosas, cosechar menos kilos por hectárea del cereal. Seguramente con el Trigo seco mayores serán las pérdidas naturales y de cosecha, y por lo tanto, los kilos de trigo que quedarán en el campo sin levantar representando esto de forma directa, una menor ganancia para el productor.
Muchas veces ocurre que cuando estamos esperando que el trigo baje unos puntos de humedad, llueve o peor aún se produce una tormenta con viento o granizo, con pérdidas del rendimiento que pueden ir del 30 - 70% en este último caso.
A parte de disminuir los kilos de trigo entregado, muchas veces se afecta la calidad comercial del mismo, pasando de grado 1 a 2 ò 3, por lo que en lugar de recibir una bonificación la mercadería puede sufrir un descuento de hasta 2,5%. Cuando se producen lluvias con el grano ya maduro, disminuye el peso hectolítrico, por lavado de componentes solubles en agua. Este es uno de los rubros más importantes que definen la calidad del cereal.
En el siguiente cuadro se muestra el resultado económico de entregar un equipo (30 toneladas), con trigo húmedo o con trigo seco, considerando un flete al acopio de 25 km y las tarifas de secado de la zona:
De llegar el cereal a estos valores, la diferencia de cosecha a 15 ó 12% llega a ser casi de 1 quintal, valor nada despreciable.
En este cuadro se puede ver claramente la conveniencia económica de cosechar con 15%, a esto cabe agregarle los imponderables debido a cuestiones climáticas.
Por otro lado, cuando el cultivo se encuentra con 15% ó más de humedad es más fácil dar con las regulaciones de la cosechadora, de modo que las pérdidas estén por debajo de las tolerancias establecidas por el INTA –PRECOP (90 kg/ha).
Además, siendo que por lo general al Trigo le sigue una soja de segunda y en algunos casos maíz o sorgo, los mayores rendimientos que se dan en estos cultivos de segunda están determinados entre otros factores por la anticipación en la siembra de los mismos en esa época del año.
Otro punto no menor a tener en cuenta es la generación de huellas y compactación que se producen durante la labor de cosecha con suelo húmedo. Este efecto dificulta la correcta implantación y desarrollo del cultivo siguiente, especialmente en el caso del maíz.
En síntesis, podemos resumir las siguientes ventajas por anticipar la cosecha del Trigo:
• Disminuir las pérdidas de precosecha
• Asegurar la calidad del Trigo entregado
• Disminuir los riesgos por tormentas y/o granizo
• Trabajar con rangos de humedad del cultivo que facilitan las regulaciones de la cosechadora para mejorar la eficiencia de cosecha
• Anticipar la siembra del cultivo de segunda
• Cosechar sin riesgo de generar huellas por falta de piso, que perjudica la siembra del próximo cultivo
Fuente: INTA Manfredi
