En el sudeste de la provincia de Buenos Aires, los pronósticos para la cebada cervecera son positivos en comparación a años anteriores. Antonio Aguinaga, gerente de Investigación y Desarrollo de Quilmes, indicó que a pesar de las lluvias, "el cultivo de cebada viene realmente muy bien".
"Excepto una helada, no tan importante como hemos tenido en otras ocasiones, hemos tenido niveles de precipitación bastante buenos, que causaron un resultado óptimo. Los problemas siempre existen, pero creo que este año van a ser menores a otros años, que se veían deficiencias nutricionales. En este sentido esperamos tener niveles de proteína más adecuados que años anteriores", explicó el especialista.
Los niveles de proteína tienen una importancia destacada para la producción de cerveza porque ayudan a tener la cantidad justa de espuma, que evita que la cerveza se oxide. "La producción de biomasa que será convertida en rendimiento en grano es muy alta. Los productores, debido a los buenos precios de la cebada cervecera, han fertilizado con mayores dosis de nitrógeno que años anteriores, así que tenemos expectativas de una muy buena producción de alta calidad", dijo Aguinaga en este sentido.
Por otra parte, aclaró dudas respecto al impacto medioambiental de estos fertilizantes: "No es negativo para el medioambiente fertilizar, si la planta tiene la potencialidad de utilizar el nitrógeno que se aplica. No es que va hacia las napas, sino que el cultivo lo consume. El nitrógeno que se aplica tiene un efecto nutricional porque va a los granos".
El abastecimiento de dos malterías ubicadas en Tres Arroyos y la exportación a Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, China e India, implica un total de casi 1.2 millones de toneladas de cebada cervecera. "La variedad que más se exporta es Andreia, porque su calidad responde bien al objetivo de varios países", concluyó Aguinaga.
