En esos momentos es cuando te sentís totalmente desprotegido. No es sólo lo que perdimos ayer sino toda la gente que depende de uno y que hay que analizar ahora de dónde sacar para responder a esas responsabilidades", dijo desconsolado Abel Ríos.
Frente al panorama desolador que presentaban sus viñedos y chacras en el sur de Eugenio Bustos, el hombre trabajaba ayer contrarreloj para levantar lo poco de uva que quedaba en la cepa y así evitar que se pudriera.
Como muchos productores del Valle de Uco tras la granizada del martes, Ríos quedó angustiado pero también está muy enojado. Dice que desde las 15.30 del martes veían con su familia cómo se iban formando las enormes nubes, que terminaron descargando toda su furia sobre sus cultivos.
"Implorábamos que apareciera algún avión o que se escucharan las bombas de la lucha antigranizo, pero nada. Todo eso es una gran mentira", lamentó el agricultor.
La finca de don Ríos está unos 3 kilómetros al sur de Eugenio Bustos, en San Carlos. Esa zona fue una de las áreas en las que se centró el núcleo de tormenta junto con Tres Esquinas, Casas Viejas y el sur de la villa departamental.
Allí, los productores han denunciado daños de hasta el 100% en chacras de zapallos, ajo, zanahoria y también en algunos frutales de pepita, como pera y manzana.
Los testimonios coinciden. Todos están impresionados por el manto blanco de 5 a 7 centímetros de granizo que quedó en el suelo. El propio intendente Jorge Difonso sostuvo que "el paisaje de San Carlos parecía una nevada en pleno julio o agosto por cómo se había acumulado el hielo en las rutas, calles y fincas".
Edgardo Lima repasaba una y otra vez su plantación de zapallos y no lo podía creer. "Mañana venían los compradores a levantar la cosecha. Ya lo habíamos arreglado", repetía, señalando los agujeros y las marcas que las piedras habían dejado en los zapallos. "Esto no se puede vender porque enseguida se pudre", dijo como para sí.
"¿Sabe qué es lo peor? Que justo esta temporada las plantas estaban cargadas como nunca", destacó. Lima es un pequeño productor que apuesta hace tiempo a la horticultura. Como el trabajo le ha enseñado, prefiere ver el futuro con optimismo.
"Esta variedad (coquero) lo piden mucho en la feria, pero se fue todo. Igual quizá pueda rescatar algo del ‘inglés'", agregó, mientras barría el colchón de hojas y granos de uva que había debajo de su parral.
Manzanas en el piso, cepas sin hojas, surcos de ajo que parecen incultos... ése es el panorama que ayer saltaba a la vista en estos distritos sancarlinos. "Fueron sólo 20 minutos pero dejaron todo hecho un desastre. El problema es el daño que hizo en ramas de la viña. Esto puede significar afectaciones para las cosechas de los próximos años", sostuvo Miguel, un obrero rural.
Una postal similar ofrecían algunas fincas -muchas con nogales y viñedos de alta categoría- en los parajes tunuyaninos de El Algarrobo, Villa Seca y Los Árboles.
Desde Planeamiento Económico de San Carlos, Graciana Poloni informó que ya está habilitada la oficina de Contingencias Climáticas que funciona en el Centro Cívico de La Consulta, para que los productores denuncien los daños sufridos. El trámite hay que hacerlo en los próximos diez días.
El gran reclamo de los agricultores de la zona es la falta de protección. "Sabemos que los aviones no pueden circular de la ruta 40 hacia el Oeste, pero nosotros estamos hacia el Este", advirtió Ríos.
Lo cierto es que la gente asegura que las aeronaves de la lucha antigranizo sólo operan, en la práctica, hacia el este de Las Huayquerías, por lo que toda la zona productiva de San Carlos -y gran parte del Valle de Uco- no cuenta con este servicio.
Desde el Gobierno habían anunciado en noviembre del año pasado que adquirirían un quinto avión para operar en el Valle pero no ha habido información reciente al respecto. Lo que sí funciona en la región es el uso de bengalas, que son lanzadas desde distintas bases en la precordillera, aunque los productores cuestionan mucho su eficacia.
En la zona urbana
En cuanto a la población de San Carlos, el titular de Defensa Civil, Leonardo Martínez, informó que la misma noche del martes hubo 6 familias autoevacuadas por el mal estado en que quedaron sus viviendas.
Según datos de la comuna, hasta ayer habían sido asistidas unas 216 casas. Principalmente, se trata de construcciones que presentaron roturas de las membranas y tejas de los techos o que sus paredes cedieron ante la humedad, por ser de adobe o muy antiguas.
Como hay alerta de nuevas tormentas para el fin de semana, mañana habrá una reunión a fin de coordinar un plan de emergencias y prevención.
