La producción agropecuaria del centro provincial -y especialmente el oeste, sobre el límite con Córdoba- vuelve a sufrir las consecuencias de fenómenos climáticos extremos. Las excesivas lluvias ocurridas desde la última semana de diciembre pasado -que en varios distritos suman más de 300 milímetros- combinadas con una escasa capacidad de escurrimiento, inundaron gran cantidad de campos, principalmente del departamento Castellanos, amenazando seriamente la actividad tambera, así como los cultivos tardíos de soja y maíz.
Durante la madrugada de hoy otro frente de tormenta cruzó por la cuenca lechera santafesina con descargas de hasta 160 milímetros, como ocurrió en Ramona (departamento Castellanos) donde la semana pasada habían caído 150.
"Esto es lo más parecido a abril, pero si sigue lloviendo lo va a superar", dijo el gerente de la Sociedad Rural de Rafaela, Sebastián Operto, haciendo una comparación con los 20 días de precipitaciones continuas que arrasaron la cosecha de soja y la producción lechera a comienzos del otoño pasado.
El dirigente indicó que en la zona hay una "gran preocupación", producto de la combinación de factores que amenazan la producción. A las napas altas, los caminos anegados y la falta de canales, ahora se suma la inundación y sus consecuencias.
En una vasta zona rural, se cortó el suministro eléctrico, dificultando no sólo la producción sino la mera subsistencia de los pobladores. "La Empresa Provincial de la Energía (EPE) nos dijo que no tiene vehículos para ingresar a realizar las refacciones para restablecer el servicio y que tendremos que esperar hasta la semana que viene; así es muy difícil retener a la gente en el campo", se quejó Operto. A esto, sumó también problemas de inseguridad, como robos y abigeato, producto del estado de indefensión que generan los anegamientos.
En términos productivos, estimó que la siembra de soja de segunda está un 30 % atrasada y los maíces tardíos recién implantados corren serio riesgo de perderse. Aunque la situación más complicada está en los tambos (en el departamento suman 1.070) por la muerte de las alfalfas resembradas en septiembre (se habían perdido en abril) y el riesgo de perder también los maíces para reservas que están a punto para picarse. "Muchos productores que tienen el campo inundado están buscando colocar sus vacas en otros establecimientos", aseguró Operto, y lamentó que muchos animales tengan destino de frigorífico. A futuro, calculó que habrá menor producción de leche y a costos mayores, acentuando la crisis en el sector.
En tanto, desde el gobierno provincial, el subsecretario de Agricultura, Diego Fournell, sumó a este cuadro la grave situación en el departamento General López, que se encuentra "muy complicado por las lluvias que hubo en provincia de Córdoba y escurren hacia ese distrito".
El funcionario planteó la dificultad para cuantificar el área santafesina afectada. "El satélite pasa los viernes y la semana pasada el cielo estuvo cubierto, así que ahora tenemos que esperar hasta el próximo viernes para intentar tener una imagen de la superficie anegada", precisó.
A diferencia de Operto, consideró "apresurado comparar la situación con abril, porque aquella vez se afectó toda la provincia". Ahora, dijo, las sojas están en estado vegetativo y "si zafamos de la lluvia pronosticada para esta noche" y el agua se retira tienen chance de recuperarse. En cambio, aseguró que "el tambo está al horno, es el sector más perjudicado".
Mañana, Emergencia
La Comisión Provincial de Emergencia agropecuaria se reunirá mañana a las 10 en el Ministerio de la Producción para evaluar la situación de los distritos afectados por las lluvias. Están convocados los senadores de los departamentos Castellanos, San Cristóbal, Las Colonias, La Capital, San Martín, San Jerónimo, Belgrano, Iriondo y General López.
