Sanidad

Neosporosis bovina

El aborto en las vacas es un problema reproductivo que puede tener diferentes causas de las cuales la neosporosis es una de ellas

La neosporosis de los bovinos es una enfermedad parasitaria causada por el protozoo Neospora caninum. Se sabe que el perro se comporta como hospedador definitivo al eliminar formas parasitarias a través de la materia fecal.

Signos Clínicos

En bovinos se producen abortos entre el tercer mes y el final de la gestación, generalmente entre el quinto y sexto mes, pudiendo producirse en pocos animales o abarcar hasta el 30% del rodeo. También provoca muerte perinatal o neonatal. Aún no se conoce si Neospora caninum provoca pérdidas tempranas de preñez, sin embargo, se ha descripto que las vacas seropositivas necesitaron dosis de semen más elevadas que las vacas seronegativas para quedar preñadas, además, presentan mayor riesgo de aborto.

En el caso de muerte fetal el mismo puede ser reabsorbido, momificarse o expulsarse. Habitualmente, ocurre el nacimiento del ternero clínicamente normal pero congénitamente infectado o terneros con diferentes grados de debilidad, signos neurológicos (incoordinación y/o ataxia) o anormalidades congénitas.


Aspectos epidemiológicos

Los estadios parasitarios de Neospora caninum conocidos son: taquizoíto y quiste tisular (presentes en el huésped intermediario) y ooquistes (presentes en el huésped definitivo). 

La principal vía de contagio en bovinos es transplacentaria de madre a hijo (transmisión vertical). Un bajo porcentaje puede sufrir seroconversión debido probablemente a una exposición postnatal (transmisión horizontal) ingiriendo los ooquistes excretados en las heces de los perros que contaminan alimentos y agua. No se ha comprobado la eliminación de formas parasitarias a través de la glándula mamaria bovina. En el postparto o tras el aborto, la placenta con presencia de taquizoítos podría servir como fuente de infección para otra vaca que la ingiera. 

Una vez ingeridos los ooquistes del medio ambiente los esporozoítos son liberados en la luz intestinal que, al atravesarla, se diseminan a los tejidos. Ya en las células huésped se inicia el proceso de multiplicación causando daño celular o la formación de quistes tisulares. Estos quistes pueden reactivarse durante el período de gestación provocando parasitemia y atravesar la placenta ocasionando la muerte del feto o el nacimiento de un ternero congénitamente infectado. En el caso de ser hembra, ésta transmitirá la enfermedad a su descendencia o tendrá riesgo de aborto. Según estudios, el riesgo de aborto de estas hembras disminuye en preñeces subsiguientes indicando un grado de protección fetal debido a la presencia de una inmunidad mediada por células maternas.

En nuestro país, existe información acerca de toros seropositivos congénitamente infectados, sin embargo, no se ha establecido la probabilidad de que un toro transmita la enfermedad horizontalmente a una vaca (Campero et al., datos no publicados).

Aún se desconoce la frecuencia con que ocurre la infección oral en bovinos con ooquistes presentes en las heces de perros infectados. Sin embargo, se ha demostrado que la prevalencia de la enfermedad es mayor en aquellos establecimientos donde existen perros. Un estudio reveló que perros alimentados con fetos bovinos naturalmente infectados no eliminaron ooquistes en la materia fecal. Se evaluó, por la técnica de reacción de la polimerasa en cadena (PCR), la existencia de taquizoítos en placentas de vacas seropositivas que parieron terneros clínicamente normales donde se encontró que 2/16 especímenes resultaron positivos demostrando que la infección de perros a partir de placentas procedentes de vacas infectadas es posible.

La manifestación epizóotica de la enfermedad está asociada a la presentación de tormentas de abortos. Se ha sugerido que la presencia del virus de la diarrea viral bovina (BVD) o la inmunosupresión por la ingesta de micotoxinas podrían actuar como desencadenantes del aborto.


La enfermedad en la Argentina

En nuestro país, la prevalencia  de la enfermedad es mayor en rodeos de leche que en rodeos de carne debido al diferente tipo de manejo. Se han detectado abortos en vacas serorreactoras a Neospora caninum, como así también anticuerpos y lesiones histopatológicas en fetos bovinos. Estudios de seroprevalencia en las provincias de Santa Fe y Córdoba detectaron entre un 15 y 27% de bovinos lecheros positivos a Neospora caninum. En la cuenca Mar y Sierras un trabajo dio a conocer una seroprevalencia del 16.1% en 416 vacas lecheras de 22 tambos.

Aunque se ha avanzado satisfactoriamente en el conocimiento de la enfermedad, aún quedan varios aspectos de investigación tales como prevención, control y la existencia de otras especies que pudiesen comportarse como hospedadores del protozoo.

Campero y Odeón han estimado las pérdidas económicas de los rodeos de leche de Argentina en unos $80 millones por año debido a:


  • Incremento del intervalo parto concepción debido a la muerte fetal temprana (repetición de celo).

  • Aumento del intervalo entre partos debido al aborto.

  • Muerte perinatal o neonatal.

  • Incremento en el descarte de vacas debido a fallas reproductivas.

  • Reducida producción de leche debida al intervalo entre partos ya que se reduce el número de lactancias.

  • Pérdidas económicas debidas al mantenimiento de la infección en el rodeo.


Diagnóstico, tratamiento y prevención

La presencia de anticuerpos a Neospora caninum en un animal es indicativo de exposición al protozoo. Existen diferentes técnicas serológicas que han sido utilizadas para indicar anticuerpos en suero o fluidos corporales de fetos tales como inmunofluorescencia indirecta (IFI) y el enzima inmuno ensayo (ELISA).

Los diagnósticos presuntivos de Neospora caninum en fetos bovinos pueden realizarse mediante el estudio histopatológico.

La inmunohistoquímica permite identificar Neospora caninum en tejidos fetales formolados con alta especificidad, su sensibilidad es baja debido a que los tejidos se encuentran autolizados presentando escasa cantidad de protozoos.

La técnica PCR presenta alta sensibilidad y especificidad permitiendo un gran avance en el diagnóstico. 

El aislamiento de Neospora caninum es dificultoso debido a la autólisis de las células de la muestra, el bajo número de parásitos presentes y la alta probabilidad de contaminación.

Actualmente, debido a la falta de tratamiento y al no existir vacunas que protejan al feto de la infección se sugieren las siguientes medidas de manejo para su aplicación en los establecimientos:


  • Realizar un muestreo serológico de aproximadamente el 10% de todas las categorías a los fines de conocer el grado de infección. Si la prevalencia resultara baja podría sanearse el rodeo eliminando las reactoras seropositivas y lograr así un rodeo sano. En los establecimientos donde la prevalencia es alta la sola eliminación de las vacas positivas no logra bajar la tasa de reinfección y esta medida económicamente no es viable. 

  • Reponer animales seronegativos a la enfermedad, evitando dejar las hijas de vacas seropositivas debido a la alta probabilidad de ser congénitamente infectadas. Deberán sangrarse hembras a los 5-6 meses de edad cuando no haya interferencia de anticuerpos calostrales.

  • Realizar al menos 2 sangrados previos al primer servicio de vaquillonas debido al alto riesgo de aborto que tiene esta categoría.

  • Tomar muestras para serología de todo animal que ingrese al establecimiento.

  • Para detectar pérdidas de preñeces y/o fetos momificados realizar el seguimiento del desempeño reproductivo mediante tactos rectales seriados.

  • En establecimientos donde se realice la transferencia embrionaria (TE) utilizar receptoras seronegativas a la enfermedad. Existen evidencias concretas del riesgo de aborto y transmisión congénita de Neospora caninum al realizar dicha técnica en receptoras seropositivas (Campero et al, datos no publicados). La TE podría ser una técnica adecuada al permitir el empleo de embriones originados a partir de donantes con alto valor genético seropositivas a Neospora caninum, evitándose el riesgo de difundir la enfermedad al ser transferidos dichos embriones a receptoras seronegativas (Campero et al., datos no publicados).

  • Eliminar las vacas seropositivas y que posean un aborto.

  • Identificar, aislar y realizar estudios serológicos de vacas abortadas, como así también de vacas no abortadas para poder establecer una posible relación entre el aborto y los títulos serológicos.

  • Enviar los fetos y placentas a Laboratorios de diagnóstico para establecer el agente causal del aborto.

  • Restringir el empleo de perros al máximo ya que son considerados huéspedes definitivos de Neospora caninum. Se recomienda impedir el ingreso de los mismos a los lugares destinados a la alimentación (pasturas), como así también evitar que tomen contacto con material abortado (fetos y placentas). Se les deberá realizar 2 exámenes serológicos al año para asegurar su negatividad.

Neosporosis bovina: una actualización. Moore, D.P., Odeón, A.C., Campero, C.M. Vet. Arg. Vol. XVIII. Nº 180:752-775. Diciembre 2001.


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