Historia

El girasol en la Argentina

Las primeras referencias de su introducción en el país se remontan a fines del siglo XIX donde colonos hebreos lo utilizaban para consumo personal, pero recién en 1900 se comienza a cultivar masivamente en campos de la provincia de Buenos Aires y Entre Ríos.

La evolución del cultivo de girasol en la Argentina puede dividirse en seis etapas o períodos bien definidos:

- Cultivo pre-industrial, fines del S. XIX y principios del XX

- Gran expansión, entre 1930 y 1950

- Crisis, en la década del 50 - Recuperación, entre 1960 y 1975

- Difusión de híbridos, a partir de 1975

- Re-localización del cultivo, a partir de 2000 Aunque se registran unas pocas exportaciones menores de grano entre 1915 y 1920, hasta 1928 fue un cultivo de consumo familiar, sin propósito comercial sino para atender las necesidades del consumo de sus semillas tostadas, uso que aun perdura. Se lo conoció como planta ornamental o de jardín y se lo utilizó como alimento de aves. El atlas "L´Atlas des Colonies et des Domaines de la J.C.A. en Argentine et au Brasil, París, 1914", documenta para la Colonia Mauricio 815 has sembradas en 1892.

mapa

Desde 1930 hasta 1959 se opera la gran expansión como cultivo oleaginoso. La primera información estadística oficial del área sembrada data de la campaña 28/29 con 400 ha. Veinte años después, en la campaña 48/49, tiene lugar el primer récord de superficie sembrada con 1.800.000 ha. Esta superficie fue superada recién en la campaña 77/78 con 2.200.000 ha. Paralelamente a la expansión del cultivo, a causa de las guerras mundiales y consecuente falta de aceite, se observan la industrialización del grano y el consumo de su aceite en sustitución de otros. Los materiales cultivados originariamente se caracterizaban por ser de alto porte y de largo ciclo vegetativo, como Gigante de Rusia y Gigante Americano, todos originarios de Rusia. Estos cultivares fueron cruzándose naturalmente dando lugar a poblaciones con gran variación en ciclo, color y forma de semilla, del blanco al negro e intermedios estriados. 

evolucion

En el año 1938, Enrique Klein obtiene la variedad Klein producto de selección de una población, buscando acortar tamaño y ciclo y aumentar el contenido de aceite, alcanzando un contenido de 39%.
Entre los años 1950 y 1960 ocurre una etapa de crisis causada por factores económicos y sanitarios. Los bajos precios recibidos por el productor en los primeros años de este período dieron origen a una fuerte reducción del área sembrada llegando en la campaña 54/55 a un piso de 560.000 ha. Posteriormente y superados los condicionantes económicos, la producción es afectada por enfermedades y desciende a un promedio de 480 kg/ha durante el quinquenio 56/60.

Estas enfermedades dieron lugar a una etapa crítica en la evolución del cultivo. El aporte del mejoramiento genético da por resultado la etapa de recuperación entre los años 1960 y 1975. En 1958 aparecen las primeras Normas de Comercialización, determinándose premios y castigos para el peso de pepita, con base 61% respecto del peso del grano.

El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) obtiene su primera variedad, Manfredi INTA, en 1960. A partir de 1962 surgen Impira, Guayacan, Cordobés y Pehuén. Manfredi fue la primera variedad resistente a roya, sin embargo su desuniformidad y facilidad de desgrane limitaron su difusión. Con Impira INTA comienzan a destacarse rendimientos y resistencia a roya aunque los contenidos de aceite eran aún bajos.

El descubrimiento de la androesterilidad genética en 1968 y la androesterilidad citoplásmica, 1970, hacen posible la producción y difusión de los primeros híbridos en escala comercial. En 1972 y 1973 son liberados, en la RA, el primer girasol híbrido con androesterilidad genética, D-G104 y el primero con androesterilidad citoplásmica, C S-200. A partir de 1975 tiene lugar un vertiginoso desarrollo de los híbridos, momento a partir del cual se define la quinta etapa de evolución del girasol, caracterizada como etapa de difusión de los híbridos.

Tradicionalmente fue considerado un cultivo rústico y resistente a malezas, razón por la cual no tuvo el cuidado que se le brindó a sus pares estivales. Se le asignó suelos inferiores o provenientes de cultivos invernales en detrimento de la producción. En la siembra y tareas culturales no tuvo prioridad, quedando como cultivo de alternativa al que se recurrió cuando las posibilidades para los otros eran poco favorables. Iniciada la década del 80, el cultivo experimenta un gran cambio. Las estadísticas muestran un importante aumento de producción por unidad de superficie, especialmente en lo que se refiere a producción media de aceite, probable resultado de una combinación de disponibilidad y adopción de tecnología y notable mejora del germoplasma comercial. De los 0.8 t/ha de fines de la década del 70, el rendimiento medio se duplica hasta alcanzar 1.6-1.8 t/ha con potenciales reales de producción para los mejores híbridos superiores a 3 t/ha. En la RA el cultivo se extiende entre los 24 y 38 grados de longitud sur, abarcando una amplia gama de ambientes, una extensa región donde el girasol constituye una importante alternativa para los productores.

En 1982 se crea la Asociación Argentina de Girasol, ASAGIR, que propone como objetivo prioritario "desarrollar las acciones que sean necesarias para asegurar la competitividad del producto girasol dentro del complejo aceitero argentino y su proyección internacional". Con el transcurso del tiempo logra amplia representatividad mediante la participación de los principales actores de la cadena de valor: Provisión de insumos, Producción primaria, Comercialización, Industria y Componente Científico Tecnológico y desarrolla un programa de estudios tendiente a definir un preciso diagnostico de la situación del cultivo.

Su análisis FODA para la Cadena de Valor indica:

- Fortalezas: Cultivo conocido por el productor / Germoplasma disponible para alta productividad / industria procesadora instalada, eficiente y competitiva.

- Oportunidades: Nuevas tecnologías en desarrollo / Cadena de Valor organizada, ASAGIR, con actividad relevante / Cultivo estratégico para ciertos ambientes y rotaciones / Potencial incremento de la demanda de su aceite.

- Debilidades: Histórica baja inversión en investigación / Baja competitividad del cultivo / Mercado de pequeña escala.

- Amenazas: Incrementos en la producción de los países competidores / Alta competitividad de cultivos pares / Nivel de insecticidas en granos. 

La misma organización propone, consecuentemente, priorizar la profundización del cambio y la difusión tecnológica con la finalidad de bajar el costo de producción del girasol mediante:

- Estudios dirigidos a optimizar aquellos aspectos de la emergente tecnología de ínter siembra de cultivos, en los que intervenga el girasol.

- Estudios dirigidos a mejorar la tecnología de siembra directa del girasol.

- Desarrollo de conocimientos que permitan optimizar el uso de fertilizantes en el cultivo y difundir la tecnología asociada.

- Estudios dirigidos a consolidar la capacidad del cultivo para enfrentar enfermedades y pestes, en temas no cubiertos por las empresas productoras de semillas y agroquímicos.

- Investigaciones dirigidas a la puesta a punto y aplicación de tecnologías geo-referenciadas (agricultura de precisión y sensores remotos) para el manejo y seguimiento del cultivo

- Investigaciones dirigidas a entender y mejorar la tolerancia del cultivo a estreses abióticos.

- Acciones dirigidas a mantener los recursos genéticos del cultivo y especies emparentadas, a ampliar la base genética y a desarrollar herramientas biotecnológicas básicas de interés común para las empresas productoras de semillas.

En los finales de la primera decada del siglo XXI, se observa que la producción mundial de girasol ha estado cercana a los 30 M t. Rusia, Ucrania y Argentina producen en conjunto mas de la mitad de esa cifra, los dos primeros consumen la mayor parte y el ultimo exporta el 70 % siendo el primer exportador de aceite en 2007/08, aunque en las dos campañas previas, fue superada por Ucrania. El girasol es sinónimo de aceite y proteína en segundo lugar. Su aceite ha sido por años de tipo "linoleico", sin embargo razones vinculadas al cuidado de la salud y la demanda de características especiales para usos industriales impulsaron el desarrollo de los girasoles medio oleico y alto oleico.

El mercado argentino comercializa girasol para aceite y girasol confitero y tiene historia como proveedor de aceite linoleico y harinas proteicas con destino a forraje. El girasol para aceite, cuantitativamente mayoritario, proviene de cultivares genéticamente orientados a alto contenido de aceite, alrededor de 50 %, de tipo linoleico (la casi totalidad de la producción) y alto oleico con limitada oferta. El tipo medio oleico, patentado en Estados Unidos como NewSun, no se comercializa como tal en la RA aunque numerosos cultivares actualmente disponibles, responden al tipo en determinadas condiciones ambientales. Hoy el mercado tiene un commodity y nichos para los diversificados. El girasol es 50 por ciento aceite y 20 por ciento proteína, pero vale fundamentalmente por el aceite. Junto con la colza son las únicas especies anuales especificas aceiteras. La producción de aceite de girasol en la RA continua siendo, mayoritariamente del tipo linoleico -el aceite convencional- y crece el alto oleico: en 2007 se sembró un total de 2.67 M ha, de las cuales 0.35 M ha fueron AO y 0.06 M ha confitero.

Fuente: ASAGIR.

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