Advirtió que "implica un quebranto del 20% que no se va a compensar con la devaluación" del tipo de cambio.
Baccarín estimó que "si el clima acompaña será una buena campaña", y puntualizó que "si en el primer trimestre del año toda la región promete tener buena producción, seguramente haya algún debilitamiento en las cotizaciones".
"No estamos en un escenario de existencias bajas, entonces se necesitará de una demanda sostenida para que los precios no sigan bajando", indicó el analista a Télam. Explicó que "en la medida en que está devaluación del tipo de cambio sea pautada en el tiempo, evidentemente el productor va a intentar ver hasta qué punto llegará el tipo de cambio".
El analista afirmó que "el productor está sentado arriba de la mercadería esperando hasta qué nivel llega" la relación entre el peso y el dólar. De todos modos, sostuvo que "no sería una buena decisión posponer la venta, porque los precios de soja vieja operan con 50 dólares de premio respecto de la nueva".
Devaluación no compensa
Así, remarcó que "pasar de un año a otro implica un quebranto del 20 por ciento, que no sé si se va a compensar con la devaluación". Precisó que "la soja ahora vale u$s 350, y para mayo del año que viene u$s 300".
Baccarín indicó que "los valores más cercanos cotizan por encima de los más lejanos", y subrayó que eso significa que "el mercado dice que no es recomendable guardar soja". El experto señaló que el área de siembra de soja de la campaña actual "va a ser más alta que el año pasado", y precisó que "casi todos estiman 20,5 millones de hectáreas, y tal vez podría estar por encima de esa cifra".