El programa nacional de biocombustibles fue creado en el 2010 cumpliendo los objetivos de la Ley de biocombustibles. Hasta el mes de julio el programa venía funcionando muy bien con muchas inversiones en marcha, grandes plantas produciendo como así también pymes que se integraban al sector.
En diálogo con agritotal.com el Cont. Claudio Molina, Director Ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno, destacó que en aquel momento hubo un cambio en las reglas del juego, se creó una Unidad Ejecutiva Interdisciplinaria de Monitoreo dependiente del Ministerio de Economía, Industria y Planificación de manera que para las decisiones importantes hoy participan personas de más de un ministerio lo cual genera burocracia y complica enormemente la logística.
Se sucedieron tres grandes cambios que le han dado un cimbronazo a la industria, en primer lugar se bajó el precio del mercado interno aumentando las retenciones, luego se produjo un segundo cambio con las retenciones móviles para que posteriormente se dé un aumento del precio interno que no cubría costos especialmente en el segmento de las pymes.
Recientemente se segmentó el mercado en función de la capacidad instalada en tres grandes grupos para los cuales se fijó un nuevo precio de referencia. El grupo de los pequeños productores percibe un precio de $ 5.333,29 siempre y cuando no supere las 25.000 toneladas anuales, entre los medianos el precio es de $ 5.182,53 hasta un volumen de 100.000 tn y por encima de esa producción, el grupo de los grandes percibirá solamente 4.565,34 pesos.
Con estos precios, las pymes podrán retomar su trabajo sin problemas, mientras que las grandes, que focalizaban su mercado en la exportación están con serios inconvenientes para seguir adelante ya que al bajo precio interno y las mayores retenciones se le adiciona la baja del precio internacional del biocombustible dada por la debilidad del mercado europeo y la fuerte competencia que genera el biodiesel indonesio producido con aceite de palma.
En la actualidad hay 26 plantas de biodiesel habilitadas por la Secretaría de Energía de la Nación, con una capacidad instalada cercana a las 3.515.400 toneladas. De ese total, las fábricas adheridas a la Cámara Argentina de Biocombustibles –CARBIO- acumulan un total de 2.920.000 toneladas. Hay 4 –cuatro- plantas que perdieron cupo fiscal recientemente, que en total tienen una capacidad instalada de 55.500 toneladas y se encuentran en construcción 11 -once-plantas con una capacidad agregada de 1.004.289 toneladas, por lo que la capacidad instalada total a fin de 2013 ascenderá a 4.575.189 toneladas
Los problemas internos que afectan al sector exportador están dados por cambios en las reglamentaciones que hacen poco fluido el comercio exterior porque “se opera a plazo y todas las normas están para el contado” lo que “en la práctica implica permisos de embarques a 30 días cuando se necesitan 180” además de que la suba de retenciones se dió en un momento de baja de precios internacionales, señaló Molina.
Además, los grandes productores, sufren en el mercado interno de un bajo cupo de ventas a precios mínimos. Esto está influenciado por la demora en la puesta en marcha del B10 (corte al 10 %) para los particulares y de un B20 para el agro, transporte automotor de pasajeros y suministro de energía eléctrica que iban a llevar a un crecimiento del mercado con un lugar importante para las pymes y un mayor cupo para las compañías grandes.
Es necesario hacer una revisión global ya que las compañías ameritan que se las cuide, durante 2011 exportaron biodiesel por 2065 millones de dólares, hecho no menor. Hoy con problemas en el balance de divisas, no proteger a estas empresas es no proteger al país enfatizó Molina.
Exportaciones comprometidas
El régimen de retenciones móviles implicaba cambios cada 15 días, algo que es totalmente contrario a la forma de trabajo que se da en el comercio exterior donde los plazos son necesarios para la planificación y concreción de las operaciones. Por otro lado, existen incontingencias para definir el precio sobre el cual se aplican los derechos de exportación, mientras que una mitad creen que es sobre el precio que fija el estado y la otra exige que sea sobre el precio pactado entre las partes.
La debilidad del mercado externo hizo que las operaciones hayan caído significativamente, a lo que se le adiciona un cambio casi inexplicable en un programa que funcionaba perfectamente. Hoy es necesaria una corrección adicional a las tres que se sucedieron luego del cambio brusco en la política para el sector que se dio en julio, “Argentina no se puede dar el lujo de borrar una industria que exporta por 2000 millones de dólares” sintetizó el Director Ejecutivo de la ABH.
Por los menores envíos se perderán este año de exportar 500.000 tn, algo así como 500 millones de dólares.
Roces con España
El mercado español es el principal destino del biodiesel argentino aunque desde marzo de este año, con la nacionalización parcial de YPF, se produjeron ciertos roces comerciales entre los que se destacaron por el cierre del mercado a las importaciones en un plazo de 6 meses que fue desactivada por la advertencia que realizó la UE en cuanto al cumplimiento de las normas de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Luego se realizó la denuncia por dumping a nuestro país y a Indonesia, afirmando que Argentina exporta a un precio menor a los costos. Estas medidas implicaron una reducción del mercado que golpea fuertemente a la industria exportadora. Si se tiene en cuenta que además muchas inversiones no se pueden frenar y se siguen inaugurando nuevas plantas productoras resulta notable el crecimiento de la capacidad ociosa de la industria.
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¿Hasta cuándo?
Hoy el precio para las pymes es beneficioso pero existe una gran incertidumbre dada por la inexistencia de una regla de precios y por la velocidad con la que se redeterminan los precios (hoy cada 30 días)
Incongruencias tributarias
Por una interpretación de la AFIP, la venta de biodiesel puro destinado a generación eléctrica está gravada con el 41% del impuesto al gas oil por lo que el biocombustible queda fuera del mercado versus el gas oil importado que por ley del presupuesto se encuentra exento del tributo. De esta manera se castiga al biodiesel de producción nacional acentuando aún más el déficit energético nacional.
“El gobierno tiene todo el derecho del mundo de reformar la ley de biocombustible si la intención es gravar al biodiesel, más aun teniendo en cuenta la mayoría legislativa con la que cuenta" pero de esta manera no es conveniente porque el único resultado es la pérdida de oportunidades y una menor estimulación a las inversiones.
Molina cree que “indefectiblemente el gobierno va a reflexionar y va a entender los problemas que tiene esta industria y comenzará a dar soluciones” ya que debilitar a un complejo que invierte fuertemente en el país sería incoherente por donde se lo mire si bien aclaró que “el secretario de comercio (Guillermo Moreno) no tiene una buena imagen de la industria del biocarburante” que cabe destacar que ha invertido 1200 millones de dólares en los últimos 5 años.
