Forrajes

Rastrillado. Tarea fundamental

El rastrillaje es el responsable del 30% de las pérdidas ocasionadas en la confección de heno. Por eso vale la pena estudiar y dedicar cuidados en dicha tarea

Una vez que la pastura ha sido segada se debe procurar que el forraje esté el menor tiempo posible en el campo expuesto a agentes externos como plagas, lluvia o excesivo calor. Cada uno con su efecto genera pérdidas de la calidad alimenticia. Al mismo tiempo debemos asegurarnos un secado tal que permita la confección de rollos o fardos que mantengan su calidad durante el tiempo de almacenaje.

El uso de los rastrillos en el campo sobre las andanas, responde a diferentes causas:

- La primera de ellas es cuando el forraje estabiliza su contenido de humedad sin avanzar el secado (entre 30 y 40 % de humedad) en la hilera, y entonces el uso del rastrillo permite acelerar el secado, dado que en éste momento responde más a la temperatura ambiente y la circulación del aire, se reduce así el tiempo de espera y por lo tanto el riesgo de pérdida de calidad del forraje.

- Otra situación muy común, es cuando se trabaja con pasturas de alto volumen y situaciones de suelo con alta humedad. En estos casos el sol y el viento no alcanzan a secar todo el perfil de la hilera o andana, con lo que es imperativo el uso de los rastrillos, para mover y/o dar vuelta el forraje y acelerar el secado.

- Por último vale recordar y considerar que con la alta capacidad de trabajo que hoy ofrecen las enfardadoras, y más aún las de fardos prismáticos siempre es conveniente trabajar con andanas de gran cantidad de material por metro lineal, y para ello, muchas veces es necesario juntar varias hileras.

Es importante recordar que el proceso de rastrillaje es el responsable del 30% del total de las pérdidas ocasionadas en la confección de reservas en forma de heno. Éstas, principalmente, son debidas a la caída de hojas, con la consiguiente pérdida de calidad, por menor digestibilidad de la MS. Pero también, mediante el proceso del rastrillado es muy frecuente, la in­corporación de tierra, broza o estiércol, siendo fuente de contaminación durante la conservación, y además perjudicial para la nutrición animal; son éstos entonces otros factores, que limitan la calidad del heno resultante.

Ajustando detalles

A continuación detallamos las recomendaciones básicas para un óptimo trabajo.

- Trabajar a una altura tal que no se deje forraje sin mover para evitar la pérdida directa de material, al tiempo de evitar el contacto de los dientes con el suelo, para minimizar así la contaminación del forraje con tierra o estiércol y tampoco producir daños por impacto en los meristemas de crecimiento de las coronas. De esta manera se trata de impedir que la pastura sufra daño y además se evita recolectar broza de cortes anteriores y/o estiércol seco.

- Al respecto, es muy importante cuidar su flotación y nivelación, sobre todo cuan­do se trabaja con implementos de gran ancho de labor.

- Trabajar a una velocidad de avance superior a 7 u 8 km/h ocasiona pérdidas excesivas de hojas y en rea­lidad, no ofrece ningún beneficio. El problema está cuando se utilizan rastrillos de reducido ancho de trabajo, que juntan sólo dos o tres andanas, para abastecer enrrolladoras o enfardadoras de gran capacidad de trabajo.

- Realizar esta tarea cuando el forraje disminuye su tasa de secado, o sea cuando este tiene una hu­medad de entre el 40 y el 30%. De esta manera, también se va a acelerar la velocidad de secado dando como resultado un forraje con mayor valor nutritivo.

- Es siempre conveniente rastrillar a la tardecita cuando el forraje se reviene o a la mañana después que se levanta el rocío.

- Para lograr rollos de una arquitectura correcta, se debería confeccionar gavillas, que tengan un an­cho similar al del recolector de la roto enfardadora, de modo tal que permita mantener cargado en forma uniforme, todo el ancho de la cámara de compactación.

Rastrillos estelares: Son los más utilizados en el país, los cuales no poseen sistemas de transmi­sión, ya que sus ruedas giran por el contacto con el forraje y/o el suelo. Su construcción es simple, rústicos y de bajo costo de mantenimiento.

Para aumentar su duración, en andanas muy pesadas y con exceso de humedad se aconseja dis­minuir la velocidad de trabajo y reducir el ángulo de cruce.

Con un ángulo de cruce entre 30 y 35° es posible el giro de las estrellas por la fricción contra la andana. En esas condiciones el ancho de barrido de cada estrella es aproximadamente 0,50 m, siendo su trabajo más suave y parejo.

El ancho máximo de barrido puede llegar a 0,65 metros por rueda, en éste momento el rastrillo pre­sentará un ángulo de trabajo alrededor de 40 a 45°. En estas condiciones para el giro de las ruedas estelares, se hace necesario que vayan tocando el suelo, para poder girar y arrastrar la andana. Pero al mismo tiempo esto puede contaminar el forraje.

Estos rastrillos, pueden ser construidos de arrastre o montados en tres puntos, con una disposición de las ruedas en forma lineal o en “V”, pudiendo contar con 4 o hasta 9 ruedas según el modelo.

Rastrillos giroscópicos: son accionados por la toma de potencia del tractor (TDP) y poseen bra­zos horizontales que giran alrededor de un eje central y tienen peines u horquillas en su extremo.

El rastrillo giroscópico presenta algunas ventajas con respecto al rastrillo estelar, relacionado princi­palmente al menor aporte de tierra a la andana, menor recorrido del forraje y un trato menos agre­sivo lo que permite preservar más las hojas.

Dado que estos implementos son mandados por la toma de potencia, se debe tener cuidado de reducir las revoluciones del tractor cuando se trabaja con pasturas delicadas como la alfalfa por ejemplo, de modo tal que no se entreguen 540 vueltas sino 350 – 400 a la TDP para que el impacto de los dedos con el forraje sea menos agresivo y de esa manera se evite la caída de hojas.

Otro de los puntos a considerar para la correcta formación de las hileras es la distancia de la pollera o faldón que posee a un lado, para que el forraje no vuele con el impacto. Esto además permite manejar correctamente el ancho de la hilera que se pretende formar.

 

Extractado y adaptado del material técnico de la 4° Jornada de Forrajes Conservados EEA INTA Manfredi. Año 2013.

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