Es que ésta relación de precios es el resumen de los diferentes mensajes que emite el mercado. Por un lado nos marca las expectativas del negocio, cuando las mismas sugieren un largo plazo despejado y alentador, generalmente la balanza se inclina por darle fortaleza al precio del ternero ya que impulsa a fortalecer la demanda de los mismos. Por el contrario si el mercado solo reconoce señales de corto plazo, esto suelen ir en detrimento del valor del ternero, pero no necesariamente del animal que pronto va a ir a faena con una consecuente disminución en la brecha de los precios o hasta en algunas ocasiones situarse en una relación inversa.
De más está decir que estos precios tiene una marcada estacionalidad de la que ya hemos hablado varias veces y que nos ayuda a intentar determinar cuáles serán los valores de cada categoría en los próximos meses.
Pero además de todo esto también influyen en gran medida en la relación de precios, el comportamiento de insumos que constituyen costos de producción de gran peso en alguno de los sistemas productivos. Y éste es el caso del maíz que resulta el costo más importante en los sistemas de engorde a corral de bovinos, por encima del combustible, y la mano de obra.
En la figura precedente se observa como durante el transcurso del año 2016 la relación de precios entre un ternero con destino a invernada (ternero 180 a 200 kg de pv) y un novillo gordo (novillo liniers 431 – 460 kg pv) viene reduciéndose de manera muy importante. Durante todo el año 2015 ésta relación se encontró muy por encima del promedio (promedio 5 años y promedio 10 años). En ese contexto el análisis resultaba predecible ya que todo el sector apostaba a un cambio en política ganadera que mejorara las condiciones del negocio luego de las elecciones y debido a una estructural escasez de terneros que existe en el rodeo nacional, sumado a un costo bajísimo del maíz medido e kilos de carne, hacía que se convalidaran relaciones de precios que, a priori, parecerían irracionales.
Pero como decíamos, todo cambió a partir del comienzo del 2016. Tanto el precio del ternero de invernada como el del novillo gordo dieron una salto importante en los meses de noviembre y diciembre de 2015, pero a partir del mes de febrero del 2016 mientras los animales con destino faena siguieron con una tendencia alcista, el precio del ternero vio como descendía su cotización en consonancia con la temporada de zafra de los mismos. De esta forma llegamos al mes de mayo de este año con una relación entre ambos precios de (1,15), relación que nos obliga a retroceder hasta el mes de Julio del 2014 para encontrar un valor similar (1,10). Si se observa el gráfico, se ve como este valor de mayo de (1,15) coincide con el valor correspondiente para el mes de mayo en la curva conformada por los valores promedios mensuales de los últimos 10 años.
Ahora bien, ¿qué significa esto?. Es difícil determinarlo con seguridad, ya que este valor está respondiendo a más de una variable. Por un lado, lo más evidente resulta el factor estacional dado por la gran oferta de terneros que salen a la venta otorgándoles a los compradores un importante margen de maniobra para no dejar escapar el precio. En segundo lugar está impactando fuertemente la recomposición del precio del animal para faena, que ha juzgar por la reducida oferta de animales para consumo, pareciera haber llegado para quedarse (en moneda constante) es decir que debería mantenerse la corrección nominal a la par de la inflación, más aún, cuando comiencen a impactar la recomposición salarial acordada. Hasta ahora el efecto retención (principalmente de vientres pero también de machos) parecería tener un efecto más importante sobre los precios de animales para faena que para invernada.
Por último es necesario mencionar el efecto de la quita de retenciones para el maíz, y este hecho es el que consideramos más difícil de ponderar en esta ecuación. El precio del maíz se triplico desde el mes de diciembre a hoy, y resulta complejo determinar en qué medida afectará la capacidad de compra de los feedloteros. Por su parte éstos esperaban hace tiempo esta condición que les permitiera reponer animales a menor valor y apostar por una alta eficiencia en la conversión de alimento en carne. Por el momento está funcionando, pero como dijimos, teniendo en cuenta que estamos en plena temporada de zafra de terneros. A medida que transcurran los meses veremos si la relación de precios entre estas categorías se asemeja a las de los últimos años (por encima de 1,4 para el último trimestre) o por el contrario nos encontraremos con valores más cercanos a (1,3) como muestra la curva de ésta relación para los últimos 10 años. Para los feedloteros profesionales la segunda hipótesis resulta más probable porque según dicen con la primera no les cierran sus números. En contra posición los criadores que producen en campo alquilado y fijan el valor de arrendamiento con el precio del novillo para faena miran esta situación con preocupación y ya empiezan a pensar en renegociar los contratos.
