El titular del Palacio de Hacienda, Axel Kicillof, reiteró ayer que "seguimos abiertos al diálogo", aunque precisó que no fueron citados a la audiencia convocada para hoy por el juez Thomas Griesa, ante una consulta formulada por Ámbito Financiero. Sí reconoció que serían representados por el estudio de abogados Cleary, Gottlieb Steen & Hamilton. En la Casa Rosada confiesan que además no tendría mucho sentido el participar de la audiencia ya que no podrían hablar más que a través de los letrados. El miércoles en Nueva York la Argentina casi estuvo a punto de lograr el pedido de "stay" por parte de los holdouts. "Déjennos un momento para analizar el tema", dijo Pollack quedándose con los titulares de los fondos buitre. Si bien las posiciones entre los buitres estaban divididas, se pensó que podría llegarse a una solución. La respuesta no se demoró y todo volvió a foja cero. Fue ahí que Kicillof volvió a comunicarse con Cristina de Kirchner y el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini. "Me vuelvo, ya no hay nada más que hacer", les dijo.
A pesar de la extensa exposición de Kicillof ayer, aún subsisten en los mercados dudas sobre cómo continuará la puja con los holdouts. Otra inquietud respecto de la audiencia de hoy en el juzgado de Nueva York es si Griesa puede llegar a decidir la aplicación de su sentencia a favor de los fondos buitre (ahora suspendida precisamente por la mediación de Pollack) y eventualmente disponer el embargo sobre los montos girados por la Argentina al Bank of New York.
También se encuentra pendiente la resolución de las demandas de otros holdouts como el caso del fondo Seijas que pidió al juez Griesa que la Argentina pague 700 millones de dólares en títulos públicos, apelando al fallo firme obtenido por los buitres. El propio magistrado admitió que ya se presentaron otras cinco peticiones como la de Seijas, según señalan fuentes oficiales.
Si prosperara un acuerdo privado con los holdouts aún, confiesan fuentes oficiales, no queda claro qué pasaría con el resto de las demandas de los buitres. Por eso, admiten con resignación que "este tema va para largo".