El uso de equipos mecánicos para preparar las raciones han evolucionado mucho los últimos años, acompañando los crecientes requerimientos de los productores.
Segado de heno
La conservación del forraje bajo este formato es una práctica que lleva muchos años, y siempre hay formas de mejorar su conservación. La calidad se define en primer término durante el ciclo agrícola del cultivo. Luego será nuestra responsabilidad reducir al mínimo posible la pérdida de calidad desde el momento del corte hasta el momento del suministro.
El corte debe ser lo más parecido posible al realizado a mano con una tijera común. Cuanto más neto sea mejor será el rebrote del recurso forrajero, más rápido y con menor riesgo de ingreso de patógenos. Aquí juega un papel importante el filo de las cuchillas, sean tanto segadoras alternativas como de tambores de eje vertical. En casi todos los modelos, las cuchillas son reversibles, es decir que la misma puede utilizarse dos veces antes de reafilar. Por supuesto que después deben afilarse de los dos lados, pero reduce la cantidad de cuchillas de recambio que deben tenerse.
Foto N° 1: Buscar un corte neto del forraje es el principal objetivo.
Es importante utilizar rolos acondicionadores para lograr un buen quebrado de los tallos, de modo de lograr un secado rápido del forraje para luego henificar. Hay tres alternativas para esta tarea, los rolos pueden ser de goma, de metal o una combinación de ambos. Los de goma son más aptos para el trabajo en alfalfa y los de metal para gramíneas. Cuando el ancho de corte es importante como en las segadoras autopropulsadas, los rotores de goma sin alma de acero pueden, luego de algunos años, deformarse y no trabajar adecuadamente en la zona central.
Fotos N° 2 y 3: Distintas opciones de acondicionadores según la configuración del fabricante y el uso a que esté destinada la segadora.
Vale la pena mencionar que las segadoras autopropulsadas pueden ofrecer una capacidad de trabajo de hasta 7 u 8 ha/h, en la medida que la superficie del suelo permita trabajar a una velocidad de 20 km/h. La transmisión de los rotores de corte suele ser hidrostática, mejorando el comportamiento al anular los cardanes. Esto permite una variación del régimen de giro de los discos según la velocidad de avance y la densidad del cultivo.
Las clásicas segadoras de arrastre trabajaban a un lado del tractor, lo que obligaba una secuencia ordenada para no pisar el forraje sin cortar, actualmente algunas segadoras poseen una lanza de pivot central que permite cambiar la posición de la máquina a derecha e izquierda del tractor trabajando ida y vuelta sin inconvenientes. Colabora en el giro en cabecera, tener en el enganche la posibilidad de un quiebre a 90°, al tiempo de mantener alineado el cardan de mando de la TDF; reduce así el radio de giro, muy útil para poder trabajar en ida y vuelta.
Foto N° 4: Barra de enganche con quiebre a 90° para una mejor maniobrabilidad.
Enfardado
Al momento de confeccionar los fardos, las máquinas han incorporado tecnología que reduce las pérdidas de calidad del alimento. En primer lugar han desaparecido las ruedas de goma que tomaban contacto con el suelo y juntaban el material de los laterales. En su lugar se agrandó el ancho de recolección respecto del ancho de la cámara de fardo; el recolector trabaja con sinfines centradores, favoreciendo el llenado, más uniforme y reduce la formación de rollos tipo barril.
Los procesadores de fibra o cutter se utilizaron en primer término en las enfardadoras gigantes y ahora se ofrecen en algunos modelos de rotoenfardadoras. El corte de las fibras largas a tamaños regulables hasta 7 cm facilita en el trabajo de los mixer. Se reduce notoriamente el tiempo requerido para el armado de raciones mezcladas. Este ahorro de tiempo y energía supera el mayor requerimiento de potencia que tiene la máquina equipada con cutter.
Como en todas las máquinas, se incorporan sensores electrónicos y módulos que procesan la información y la muestran en un monitor dentro del tractor. Mejorando el confort del operador y la calidad del trabajo. Puede verse el tamaño del rollo para saber cuándo atar, también el nivel de llenado de cada lado para evitar el rollo tipo barril. En las máquinas para megafardos puede comandarse el atado con un dispositivo eléctrico, o tomar lecturas de humedad del forraje y definir la densidad del fardo por la fuerza de impacto del pistón independientemente del estado del forraje en el momento de enfardado.
El tiempo ocupado para atar los rollos influye directamente sobre la capacidad de trabajo de la máquina. Las megaenfardadoras atan al mismo tiempo que cargan el alimento por lo que no existe pérdida de tiempo, de hecho atan en menos de 1.5 seg. Por su parte en las rotoenfardadoras existen dos alternativas de atado, con hilo y con red. En el segundo caso se ocupan 10 a 12 segundos para empaquetar cada rollo, mientras que con hilo según la cantidad de agujas, pueden ser entre 30 segundos a un minuto. A su vez el atado con red otorga una mejor calidad de rollo con menores pérdidas y una mayor facilidad de manejo de los mismos.
Algunos equipos incorporan una secuencia automatizada para el atado y posterior descarga del rollo que reduce también el tiempo ocupado en esta tarea y mejora la capacidad de trabajo al final del día.