Científicos de Yale pudieron restablecer la actividad celular y circulatoria del cerebro de un cerdo después de cuatro horas de haber muerto. Los especialistas advierten que el hallazgo también podría contribuir al tratamiento de enfermedades cerebrales en humanos.
Los expertos de la universidad estadounidense utilizaron el cerebro de un cerdo muerto de una fábrica de envasado de carnes, y analizaron cómo al aislarlo e implementar una solución química específica, se veían aún muchas funciones celulares básicas, que -según se sabía hasta el momento- culminaban a los segundos de haber muerto.
En la investigación se detectó -sin embargo- que el cerebro analizado carecía de señales eléctricas globales reconocibles, asociadas a la función cerebral normal. Por eso, Avonimir Vrseja, experto en neurociencia, explicó a la agencia EFE que no se trata de un cerebro vivo sino de uno celularmente activo.
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Generalmente, la muerte celular dentro del cerebro se considera irreversible, es que al ser privada de oxígeno y suministro de sangre, la actividad eléctrica y las señales de consciencia desaparecen en segundos, mientras que las reservas energéticas se agotan en cuestión de minutos.
Aún así, los expertos del laboratorio de Sestan, observaron que muestras de pequeños tejidos con los que trabajaban de manera rutinaria sí reflejaron señales de viabilidad celular, incluso cuando el tejido llevaba varias horas muerto.
En el órgano del cerdo sometido a análisis que llevaba cuatro horas muerto, el equipo de científicos restauró la funcionalidad al encontrar integridad celular neural preservada. Si bien esto no tendrá aplicación ahora, sí empieza a representar algo que en el futuro los médicos pueden usar para encontrar maneras de rescatar funciones cerebrales en pacientes con derrames cerebrales, por ejemplo.
