China nunca se ha rendido ante la presión externa y le ganará cualquier guerra comercial a Estados Unidos, dijeron medios estatales del país asiático poco después de que las dos principales economías del mundo se atacaron mutuamente con planes de imponer aranceles.
En Washington, funcionarios del Gobierno estadounidense siguieron intentando disipar los temores del mercado a una guerra comercial y expresaron su disposición a negociar una solución al conflicto con China.
"Aquí hay un proceso. Habrá algunos anuncios de ambos lados, pero también hay algunas negociaciones", dijo el director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, Larry Kudlow. "Creo que vamos a llegar a un acuerdo en un tiempo", agregó Kudlow en una entrevista con Fox Business Network.
El embajador de China en Estados Unidos, Cui Tiankai, dijo a reporteros el miércoles en Washington que Pekín prefiere resolver la disputa comercial a través de negociaciones, pero los portavoces oficiales del gigante asiático tomaron una posición más dura.
El Diario del Pueblo, el periódico oficial del Partido Comunista chino, dijo que el rápido contraataque de Pekín tras el anuncio hecho esta semana por Washington de imponer nuevos aranceles había tomado desprevenido al Gobierno estadounidense.
"Dentro de las 24 horas posteriores a la publicación de la lista de Estados Unidos, China desenvainó su espada y, con la misma fuerza y con la misma magnitud, contraatacó de forma rápida, feroz y decidida", dijo el medio el jueves. "La confianza de saber que (China) ganará la guerra comercial proviene del tamaño del mercado de consumo (chino)", agregó.
Muchas compañías estadounidenses industriales y de productos de consumo ven el mercado chino como una gran fuente de crecimiento futuro dado el continuo aumento del número de personas que se unen tanto a la clase media como a los ricos.
La lista propuesta por Estados Unidos de 50.000 millones de dólares en aranceles a productos chinos busca obligar a que Pekín a aborde lo que Washington considera como un hábito muy arraigado de robo de propiedad intelectual y la transferencia forzada de tecnología por parte de sus empresas.
China devolvió el golpe en cuestión de horas con su propia amenaza de aranceles a las importaciones de Estados Unidos, que incluye la soja, aviones, automóviles, whisky y productos químicos.
La agencia oficial de noticias Xinhua dijo el miércoles por la noche que la situación le costará "caro" al país norteamericano.
"China no tendrá miedo ni retrocederá si una guerra comercial es inevitable. El país nunca se ha rendido a la presión externa, y tampoco se rendirá esta vez", señaló.
Ninguna de las listas arancelarias de ambos países ha entrado en vigor todavía. Washington analizará el asunto durante un periodo de unos dos meses, mientras que los funcionarios chinos han dicho que su implementación dependerá de lo que decida Washington.
