Así lo aseguran los productores de la Mesopotamia, que buscan superar las complicaciones de la temporada pasada. "Si ajustamos bien los números, vamos a poder sostenernos como principal proveedor de los mercados internacionales", aseguran.
La cosecha de arándanos en la Mesopotamia argentina ya comenzó a fines de agosto, con altas expectativas que surgen de las buenas condiciones productivas de los campos y un invierno que acompañó con temperaturas adecuadas.
Según se adelantó desde la Asociación de Productores de Arándanos de la Mesopotamia Argentina (APAMA), se espera una cosecha de alrededor de 8000 (ocho mil) toneladas en el mercado de frescos que, de acuerdo a como estén los precios, se derivarán en un 90% aproximadamente para mercados de exportación.
"Los campos están muy bien, el potencial lo tenemos. El año pasado el invierno nos demoró la producción a la primavera, pero hoy las variedades están más adelantadas", indicó Alejandro Pannunzio, presidente de APAMA.
